Pau fuera del Palacio del Emperador en Tokio

¿Se puede sentir morriña por una ciudad en el que apenas has estado unos días? Creo que la respuesta está ligada en gran medida a las experiencias que hayas vivido en ese lugar, así que si utilizamos esa barra de medir podría decir que sueño recurrentemente con la idea de regresar a Tokio por tercera vez.

Sé que el momento de emprender un nuevo viaje a Japón está cada vez más próximo, así que cuando la gente de Knok me propuso participar en la guía colaborativa 100 ciudades donde intercambiar casa antes de morir enseguida tuve claro que mi granito de arena para este proyecto versaría sobre Tokio.

Cortando el atún en Tsukiji

Lo que no sopesé en ese instante fueron las consecuencias de tratar de sintetizar al tamaño de un grano de arroz todo lo que sugiere una metrópolis como Tokio. Diseñar un plan perfecto de un solo día se antoja complicado, más si cabe en una ciudad en la que viven unas 13 millones de personas… o todos los habitantes de España juntos si ampliamos el radio a su área metropolitana.

En una urbe que nunca duerme y que además tiene la costumbre de levantarse temprano, la jornada empezaría pronto, muy pronto en el Mercado  del Pescado de Tsukiji. A las 5 de la madrugada tiene lugar la subasta de los atunes a la que sólo pueden asistir 120 personas, así que mejor infórmate y apúntate antes para no pegarte el madrugón en balde. Mucha gente tacha Tsukiji de turístico, pero a mí es una experiencia que me encantó, sobre todo porque concluyó con un desayuno a base de sushi fresquísimo en los restaurantes que hay alrededor del mercado.

Vistas desde las Oficinas del Gobierno Metropolitano de Tokio en Shinjuku

Tras la experiencia gastronómica trataría de conseguir un imposible: hacerme una idea de las espectaculares dimensiones de Tokio. Para cumplir esta misión visitaría uno de los miradores que esté dispuesto a regalarme unas panorámicas inolvidables. La chica de moda en estos momentos es la Tokyo Skytree con sus 634 metros de altitud, aunque hay alternativas como las vieja Tokyo Tower, la Mori Tower en Roppongi o las oficinas del Oficinas del Gobierno Metropolitano de Tokio en Shinjuku. Con una basta, así que la que te pille más a mano.

Antes de comer me acercaría hasta el Meiji Jingū, probablemente el santuario sintoista más celebre de Tokio. Con un poco de suerte te puedes topar con alguna boda y llevarte una imagen preciosa de la visita. Este lugar es uno de los grandes pulmones verdes de la metrópolis, y si no hay demasiada gente la experiencia puede ser muy relajante. Completaría la parte espiritual en el Sensō-ji, el templo budista con más solera de Tokio.

Akihabara el barrio tecnológico y otaku de Tokio

La tarde es para las compras en Akihabara. Si te gusta el manga, el anime o la electrónica puedes tener un problema en este barrio, ya que te lo querrás llevar absolutamente todo a casa. Lo ideal es pasear sin rumbo por sus callejuelas y sus tiendecitas disfrutando de un ambiente muy pintoresco.

El resto de la tarde lo pasaría tranquilamente en Odaiba para ver la puesta de sol desde este punto estratégico de la Bahía de Tokio. No te asustes si tras dar unos pasos te cruzas con un robot Gundam gigantesco, una réplica de la Estatua de la Libertad o un edificio tan vanguardista como el Fuji TV Building.

El cruce de Shibuya en Tokio

Seguramente que a estas horas, además de agotado, estés alucinando con la noche de Tokio. Si te quedan fuerzas, puedes vivirla intensamente en Shibuya. Además del cruce de calles más famoso del mundo, verás gente muy, pero que muy fashion, así que escoge bien los trapitos que te vas a poner. Si quieres curiosear, por allí tienes la colina de los Love Hotels, o algunos de los karaokes más animados de la ciudad. Tras disfrutar de una cena en un izakaya, puedes desgañitarte cantando antes de una noche memorable o perder tus ahorros en un pachinko.

Esto son sólo unos componentes de lo que podría ser un día perfecto en Tokio. Podéis tomar sólo algunos, mezclarlos, agitarlos o ignorarlos por completo. Yo espero volver en breve a por más ingredientes para este cóctel embriagador en el que no puede faltar un reencuentro con viejos amigos como Oskar, Lorco, Chiqui o Núria.

21 COMENTARIOS

  1. Ya sabes que aquí tenéis un rinconcito, ni hotel os hace faRta.
    Así, después del karaoke, os dejamos ver la luna desde nuestra terraza 😉

  2. Igual y como lo pones hasta podría ser la semana perfecta con esas mismas actividades jejeje. Tokyo es un una grandiosa ciudad a la que habría que dedicarle de perdido unas dos semanas para poder saborearla mejor. Saludos!

    • Bienvenidos a ‘el pachinko’ me alegra teneros por aquí 😀

      Yo siempre digo que en Tokio se podrían estar varios meses seguidos sin aburrirse, espero volver pronto.

  3. Se puede sentir eso que dices Pau, se puede! 🙂

    Pero vaya, que coincido, el plan es telita marinera… Si vives en otro planeta con días de 48 horas tal vez sea más factible jajajaja

    • Si encuentras un lugar donde vendan esos días de 48 horas te compro uno 😀

      Insisto en que son propuestas para que cada uno elija las que quiera 😉

  4. Si sólo tuvieran un día para disfrutar de Tokio, les recomendaría que la primera parte del plan fuera cambiar los planes para quedarse unos poquitos días más. Espero que ese sea tu plan para esta próxima vez! 🙂

    Ya te estamos esperando! Abrazos!

  5. Tokyo tiene muchísimos rincones (populares y no populares) que visitar, aunque en un sólo día no te da tiempo a mucho, teniendo en cuenta la envergadura de esta metrópolis. El planning imposible no es, pero si bastante extenuante 😉

    Y después de nuestra vuelta en enero estaremos más de año y medio de estancia continua en Japón, así que si coincidimos con vuestra visita al archipiélago, ya sabéis.

    Petons, familia !!

  6. Jajajaja, hacer en un día Tsukuji – subir a Tokyo Tower – pasear por el bosque hasta Meiji Jingu – cruzar todo Tokio hasta llegar a Asakusa – comprar en Akihabara – llegar a Odaiba para ver la puesta de sol (incluso en verano es a las 18:30) es un día tan perfecto que resulta materialmente imposible. No hay tiempo.

    Me temo que te has dejado llevar, Pau.

    • Y se te ha olvidado el karaoke en Shibuya… jajaja un poco hard sí, por eso indico al final que quien quiera que tome sólo algunos lugares o los ignore por completo.

      Supongo que si volviera a Tokio iría a otros sitios que no conozco o me apuntaría a alguna de las locuras que suelen organizar el Chiqui and cia

  7. Información Bitacoras.com

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