Hay lugares que tienen un significado muy especial para los viajeros. Se vuelven casi míticos, forman parte de los anhelos más personales y sus nombres infunden una mezcla de ilusión y respeto. Estoy hablando de esos rincones que todo mortal debería contemplar con sus ojos al menos una vez en la vida. Cada uno tendrá su propia lista, pero estoy seguro de que los viajes al Cabo Norte en Noruega aparecen en los sueños de la mayoría.
Viendo las fotos de los viajes a Noruega, todavía tengo que pellizcarme para comprobar que aquello no fue un regalo de Morfeo, que estuve despierto en aquel remoto rincón de Laponia, que el viento helado en la cara era real, que llegué al final del camino.
Pero volamos al principio de esta historia. El día tal y como lo conocemos, estaba languideciendo. Hacía un rato que habíamos llegado a Honningsvåg y el reloj marcaba casi las 23:00 horas. Sin embargo, el sol de medianoche y la preciosa luz que nos obsequiaba se empeñaban en engañar a nuestros cerebros.
Esa noche teníamos una cita con el Cabo Norte y quizás por la emoción del momento me olvidé algunas cosas en el hotel que luego eché de menos, sobre todo los guantes y la cartera.
Sin reparar en estos detalles partimos de Honningsvåg a Cabo Norte en autobús, un recorrido que dura aproximadamente 45 minutos y en el que estuve muy pensativo y nostálgico. Echaba de menos a Vero y a Teo, y me prometí que tendría que volver con ellos algún día.
Los paisajes de las carreteras de Laponia son muy hermosos. Hasta 1950 sólo se podía acceder al Cabo Norte por mar, y actualmente la carretera sólo está abierta al tráfico entre abril y octubre. El resto del año hay que llamar a la oficina de turismo para ver si el clima permite circular hasta allí.
Cuando divisamos el cartelón que indicaba que habíamos conquistado el Nordkapp rejuvenecimos más de 20 años y empezamos a emocionarnos como niños. Poco importaba los kilómetros y viajes que llevara cada uno en el cuerpo, teníamos la ilusión intacta y no pudimos evitar fotografiarnos junto al rótulo.
Era casi medianoche y entramos a una especie de centro turístico, nos encontrábamos en uno de los puntos más septentrionales de la Europa continental, a una latitud de vértigo: 71º10’21». Para los curiosos, deciros que el verdadero lugar más al norte del continente es Knivskjelodden, ubicado 3 kilómetros al oeste del Cabo Norte.
Poco nos importaba aquel detalle en esos momentos, y nos dirigimos corriendo al exterior a disfrutar de ese instante como el enamorado que acude a su primera cita. Fue entonces cuando el gélido frío me chivó que se me habían olvidado mis manoplas y tuve que esconder las manos en las mangas de la chaqueta.
Cabe decir que es uno de los lugares más turísticos del norte de Noruega. No esperéis encontraros solos mirando al horizonte porque no es así. La simbología del Cabo Norte hace que mucha gente tenga ganas de fotografiarse junto al Monumento a los Niños del Mundo, una bola que se ha hecho muy célebre y que se ha convertido en todo un icono.
Pese a que el viento es polar y no permite estar demasiado tiempo a la intemperie, lo que más me emocionó del Cabo Norte fue contemplar la crudeza de las olas golpeando los salvajes acantilados de más de 300 metros. Un recuerdo que grabaré siempre en mi retina.
Una nevada veraniega nos envió a resguardarnos del frío y a recuperarnos de las emociones en el centro turístico. Fue allí donde me di cuenta que había olvidado mi billetera y no pude cumplir la vieja promesa de invitar a Luca Bocci a una cerveza en el Cabo Norte. Ahora le debo dos. También le debo un favor a Victoria que me dejó algunas coronas noruegas para enviar una postal a casa desde un lugar tan mítico.
El sueño de llegar al Cabo Norte se cumplió y sin embargo me gustaría regresar. No quiero morirme sin ver una aurora boreal desde allí con mi familia.
[…] y sus nombres infunden una mezcla de ilusión y respeto. Hasta 1950 sólo se podía acceder al Cabo Norte por mar, y actualmente la carretera sólo está abierta al tráfico entre abril y octubre. El resto […]
Hola,
estoy preparando mi viaje a Noruega para febrero de 2014. En principio mi objetivo es pasar unos días en Tromso… mas bien unas noches, para intentar ver auroras boreales pero ya que estoy allí me haría mucha ilusión pisar cabo norte y navegar hasta kirkenes en Hurtigruten. Creo que lo puedo cuadrar todo pero claro… el coste crece y crece y buscando el modo de llegar a Cabo Norte sin depender de la excursión de Hurtigruten que es carísima, 124€ y sabiendo que hay autobuses desde Honningsvåg por 60€ con entrada incluida, estoy tratando de ver como puedo hacerlo por mi cuenta.
El barco llega a las 11:45 y sale a las 15:15
y según la información de esta web https://www.nordkapp.no/en/info/transportation/bus-to-northcape
el horario cuadraría pero cómo garantizarme que funcionarán en febrero? que encontraré la estación… Vosotros podeis darme alguna información?
Muchas gracias, Un saludo
Hola María, lo primero es darte la bienvenida a ‘el pachinko’ y desearte un buen viaje a Noruega, ya verás que vuelves encantada.
Si el tiempo lo permite, en invierno se va hasta Cabo Norte en convoy con salida en la oficina de turismo de Honningsvåg.
Ese convoy está formado por un quitanieves, los buses que comentas, los buses del Hurtigruten y los coches particulares que decidan ir.
Como se va en convoy, una vez lleguéis a Honningsvåg en la oficina de turismo os dirán si ese día se abre la barrera de la carretera que va a Cabo Norte o no.
En caso afirmativo, los buses van a Cabo Norte y regresan a Honningsvåg a las 14:35 horas.
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[…] nuestros viajes a Noruega hemos descubierto que Laponia y el Cabo Norte son lugares realmente fascinantes para cualquier viajero. Allí vivimos algunas experiencias […]
[…] más septentrionales del mundo y muy célebre porque está a muy poco kilómetros del mítico Cabo Norte. Por eso es utilizada como base de operaciones por muchos viajeros y es destino de cruceros con […]
[…] de cumplir el sueño de llegar al Cabo Norte, nos dedicamos a vivir otro tipo de experiencias menos románticas pero más placenteras. En […]
Y yo que es oir hablar de eso y veo OSO y FOCAS por todos lados…
Malditos documentales de la dos!!!
Jajaja eso queda un poco más arriba 😉
Me ha encantado la narración de esta hermosa excursión. Como dices, esto hay que verlo al menos una vez en la vida. Yo estuve en Noruega en unas vacaciones y recorrimos gran parte de la costa pero no llegamos tan arriba. Realmente todo lo que vimos fue espectacular, Noruega me parece un país precioso y como tengo ganas de volver, la próxima vez subiré hasta Cabo Norte. Un saludo!!
Seguro que no te arrepientes. Yo ya llevo dos viajes a Noruega y espero volver. Me encantaría subir hasta las Svalbard y también a las islas Lofoten.
hola fiera! cómo lo sabes que cualquier viajero lo considera algo mítico, te diría mejor místico.
Yo nunca he estado pero sólo leer o escuchar «cabo norte» se me pone la piel de gallina. Espero ir pronto con mi family en una mega ruta por Noruega para no olvidar.
y lo de la aurora boreal allí tiene que ser… bufff
Seguro que no te arrepientes, Noruega tiene tantos países en uno… y no defrauda ninguno.
Compartimos el mismo sueño, aunque tú ya lo has hecho realidad! Y con una aurora boreal ya sería lo máximo, aunque en invierno veo más difícil poder ir… Ya tuve la suerte de verlas en Alaska y aún sigue siendo una de mis ilusiones!
Bienvenido a ‘el pachinko’ compañero. Alaska también ha estado siempre entre nuestros deseos, sobre todo, de Vero. Yo pude ver una aurora en la Laponia Sueca y lo recordaré siempre.
Cabo Norte, es uno de los lugares, que solo con nombrarlos ya le ponen a uno los pelos de punta. Hay tantos, tantos lugares que ver…. la lista no para de crecer.
Y si le unes la aurora boreal, ya ni te digo. En fin.
Un abrazo!
Bueno, verlo con la aurora boreal debe ser mágico. Cabo Norte es de esos lugares que es mítico por lo que representa, debo decir que en Laponia Noruega hay sitios más hermosos, pero como decís, sólo con escuchar su nombre los vellos se erizan 😀
¡Que maravilla! Sí señor, al final es la propia naturaleza la que nos deja con la boca bien abierta. Tiene pinta de hacer fresquito, jeje, pero sin él creo que perdería algo de encanto. Espero poder verlo alguna vez en la vida. Respecto a lo de volver, cada visita a un lugar tan emblemático creo que siempre es distinta, influyendo mucho las motivaciones personales en cada una de ellas y también la compañia. No me extraña que quieras volver con la familia…
Un abrazo!!
Sí, sin frío perdería todo su encanto, aunque para las latitudes que está no es exagerado gracias a la corriente del golfo de México.
Qué envidia Pau, casi dos años viviendo en Noruega y ni me acerqué.
Un abrazo.
Es que está muy, muy al norte. Así ya tienes una buena excusa para volver 😉
¡Te aseguro que yo no necesito pellizcarme para saber que aquel frío era real!
Viajazo, sí señor. Me encanta la foto de equipo 🙂
PD: Y me has pinchazo el globo con lo del Knivskjelodden… No lo sabía, ¡ya te vale!
Jejeje los acantilados de Cabo Norte por lo visto son más hermosos que Knivskjelodden y tienen más glamour.
Información Bitacoras.com…
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