Desde que viajamos con Teo siempre reservamos un tiempo para visitar lugares apropiados para niños. Como siempre digo, es otro ritmo, algunos lo llaman slow travel. Sin embargo, rincones que a lo mejor nunca hubiera visitado antes, ahora me gustan, y eso es gracias a nuetro hijo. O quizás es que me estoy haciendo mayor.
Un buen ejemplo de lugar apropiado para niños, en el que los padres también se sentirán a gusto, es Skansen en Estocolmo. Se trata del primer museo al aire libre del mundo, y tuvimos ocasión de visitarlo durante nuestro reciente viaje a Suecia.
Como ya os expliqué en el post del Vasa Museet, el cielo ese día no pintaba nada bien. El primer museo del día era a cubierto, pero Skansen no, así que dudamos en visitarlo con los paraguas en la mano. Los dos lugares están en Djurgården, no muy lejos el uno del otro, pero lloviendo no nos apetecía andar. Como disponíamos de la Stockholm Card, pillamos un autobús turístico y en un pis pas nos plantamos ante las puertas de Skansen.
Para que os hagáis una idea, Skansen sería como una mezcla entre un museo etnológico, zoológico, parque de atracciones y jardines. Tiene más de 120 años y una atmósfera muy nostálgica. Además, es enorme y podrías pasarte un día entero disfrutando de sus actividades, paseando por sus calles o aprendiendo algo en sus talleres. El problema es que la mayoría de actividades son al aire libre, así que os recomiendo buscar un día soleado.
Para refugiarnos de la lluvia, lo primero que hicimos fue visitar el aquarium. En esta caseta se exhiben cerca de 200 especies exóticas incluyendo peces, cocodrilos, serpientes, arañas o monos. Fue una de las partes que más le gustó a Teo. En el tema de los animales no se parece en nada a su padre.
Tras salir del aquarium el cielo nos dio una pequeña tregua y nos dimos un paseo por el parque de atracciones y el zoo. Ese día no había mucha gente, así que las atracciones estaba un tanto tristes. En cuanto al zoológico, hay un apartado de animales domésticos y otro de salvajes. En este último pude ver incluso a un lobezno, aunque sin garras de adamantium.
Dando un paseo muy agradable, se hizo la hora de comer y fuimos al restaurante donde la lluvia volvió a hacer acto de presencia. Como no queríamos desaprovechar la visita, tras la comida sacamos los paraguas y nos perdimos en lo que ellos denominan la «Suecia en miniatura».
Repartidos por Skansen hay más de 150 casas tradicionales suecas con sus comercios, industria, colegios… La visita es muy curiosa, pues está todo muy logrado con los decorados, sonidos y sabores de antaño. Incluso los trabajadores visten al modo tradicional. Nos llamó bastante la atención la escuela y la casita de los sopladores de vidrio.
Luego la lluvia se volvió más y más intensa, así que optamos por regresar al hotel hasta que amainara el temporal. Lo curioso del tema es que por la tarde se fueron las nubes y no volvieron a aparecer en todo el viaje a Suecia.
Vero y yo no paramos de repetir que fue una pena hacer la visita a Skansen con lluvia, pues pese al clima los tres disfrutamos de lo lindo. Seguro que dentro de unos años nos resarcimos y volveremos a viajar a Estocolmo para que Teo y nosotros nos divirtamos en el vetusto primer museo al aire libre del mundo.
Curiosos estos museos del norte de Europa, nosotros vimos varios en Noruega… se nota que tienen más espacio 😉
En Noruega estuvimos en el museo folklórico de Oslo que es bastante similar. Perfecto para que el peque pueda corretear 😀
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Información Bitacoras.com…
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