El día no pintaba nada bien en Estocolmo. Nos había costado conciliar el sueño por culpa del sol de medianoche y la mañana no presagiaba mejores momentos debido a una intensa y abundante lluvia.
Quizás esto hubiera sido un problema casi insalvable en otro lugar, pero la capital de Suecia es una fuente inagotable de recursos para el viajero, así que decidimos esperar a que amainara el temporal en el mejor y más célebre museo de la ciudad, el Vasa Museet de Estocolmo, ubicado en Djurgården.
Desde nuestro hotel, cerca de Nybroplan, estaba a sólo dos paradas de tranvía, así que no queríamos que el aguacero nos amargara el día y muy prontito estuvimos en el Vasa Museet disfrutando de su contenido y refugiándonos de la lluvia. No pagamos entrada ni el ticket del tranvía, ya que disponíamos de la Stockholm Card que ganamos en el #TBMSVQ.
Todavía no os lo he dicho, pero el Vasa Museet es un espectacular buque de guerra restaurado con maestría, pues se ha conseguido hasta un 95% de su apariencia original. El resultado es abrumador, y aunque no seamos apasionados de la navegación o la vela, su conservación nos dejó atónitos. Si tenéis alma de marinos no os lo podéis perder.
Los suecos tienen un extraño pero delicioso sentido del humor, ya que con este museo rinden tributo a una de las mayores pifias de su historia naval. ¿Por qué digo esto? Pues porque el Vasa se hundió el día el mismo día que fue botado por unos funestos errores de cálculo. Mejor dicho, a los pocos minutos de emprender su andadura en 1628. Lo que se iba a convertir en un navío que aterrorizara a sus rivales, se convirtió en una gran tumba para los marineros suecos.
El pecio de este desafortunado naufragio fue rescatado en 1961 del la bahía Saltsjön, justo 333 años después de su hundimiento y ahora se aloja en un impresionante edificio hecho a medida del buque sueco. Esto no es tarea sencilla, pues el Vasa mide casi 50 metros de altura y tiene una eslora de 69 metros. Te pongas donde te pongas te sientes diminuto ante semejante coloso.
Como os podéis imaginar el rescate de semejante armatoste no fue nada sencillo, y se hizo como si se tratara de un puzzle, recolectando una a una cerca de 14.000 piezas que ahora lucen como antaño.
Como íbamos con el carro y Teo se quedó frito, fuimos visitando las diferentes plantas con los ascensores. Pudimos contemplar el buque de guerra desde distintas alturas, y en cada una de ellas hay un pedazo de la historia de este desastre nacional que, ironías de la vida, se ha convertido actualmente en uno de los mejores tesoros de Suecia y museos de Europa. Es casi imposible ver un navío del siglo XVII tan bien conservado en ningún otro lugar del mundo.
Al final una mañana lluviosa se convirtió en una experiencia muy enriquecedora. El tiempo nos dio una tregua y durante el resto del viaje a Suecia disfrutamos de un clima excepcional. Al mal tiempo buena cara, que la lluvia a veces nos empuja a descubrir lugares que quizás de otro modo nos hubiéramos animado a explorar.
Visité el museo en compañia de Luisa mi esposa y pudimos apreciar esta magna obra que asociamos con las odiseas de los vikingos.
Bienvenido a ‘el Pachinko’ Enrique y muchas gracias por compartir tu experiencia. Los vikingos llegaron un pelín más lejos que el pobre Vasa, aunque el museo es espectacular.
Pues sí, a mí me impresionó está «intacto» y la historia detrás de el accidente es muy interesante, en mi blog hablé algo sobre el tema: https://www.voyage-vintage.com/momentos-vintage-en-estocolmo/
Saludos
[…] demasiado deprimida. Saltamos a la isla de Djurgården y, allí visitamos los impresionantes restos del barco Vasa que se hundió el día de su botadura, en […]
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[…] y Stora Essingen, el área nueva de Hammarby Sjöstad y el célebre Djurgården, donde divisamos el Vasa Museet, Skansen o […]
[…] Como disponíamos de la Stockholm Card, pillamos un tranvía y nos plantamos de nuevo en Djurgården que es donde se encuentra Junibacken. No tiene pérdida, pues está justo al lado del Vasa Museet. […]
[…] demasiado deprimida. Saltamos a la isla de Djurgården y, allí visitamos los impresionantes restos del barco Vasa que se hundió el día de su botadura, en […]
[…] ya os expliqué en el post del Vasa Museet, el cielo ese día no pintaba nada bien. El primer museo del día era a cubierto, pero Skansen no, […]
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@Víctor, jejeje esa rivalidad Suecia-Noruega es eterna. El museo es impresionante y Estocolmo una ciudad preciosa, el lunes que viene ya estaré en Oslo y te diré lo que me parece.
¡Genial el museo! No lo conocía Pau. La verdad es que «el país vecino» es un gran desconocido para mí.
@Chiqui, jajaja la verdad es que en ese auditorio se estaba muy bien. Esas cintas que ponen suelen ayudar a que te quedes traspuesto.
Recuerdo quedarme sopa en la proyección que ponían en el piso superior….fue una noche chunga la anterior! 😉
@Elisa, una maravilla, parece increíble cómo ha quedado después de tantos años bajo el mar.
El barco es espectacular!
Saludos
Elisa
@Fran, yo tampoco soy nada marinero y el museo me gustó, el barco está impecable 😉
Este es uno de los lugares que tenía marcados para mi próximo viaje. No soy muy marinero pero ver un navío en este estado de conservación merece la pena.
Me has convencido!!
Un saludo
Información Bitacoras.com…
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