Las primeras horas de nuestro viaje a Corea habían trascurrido entre palacios, santuarios y la comida más picante del mundo. Aunque encantados, estábamos un poco saturados de tanto monumento, así que decidimos callejear por Insa-dong, en el corazón de Seúl.

De la tranquilidad del santuario Jongmyo pasamos al trajín y bullicio de Insa-dong, un barrio en el que todo se vende y se compra. Se trata de una especie de zoco coreano atravesado por una arteria principal que se ramifica en decenas de callejuelas por las que perderse sin rumbo.

Máscaras coreanas en Insa-dong

El comienzo de la experiencia fue una verdadera locura, sobre todo, porque íbamos con un carrito de bebé y era sábado por la tarde. El día D y la hora H del consumismo en la capital de Corea del Sur, uno de los países más consumistas de Asia.

En Insa-dong la gente va a gastar miles de wones en las galerías comerciales, los restaurantes, las casas de té, las cafeterías y los puestos callejeros. Parece que los 50 millones de coreanos hayan decidido reunirse en un punto de Seúl, pero el ambiente es sensacional. Si logras vencer el agobio inicial es un lugar fantástico, donde realmente late el corazón de la ciudad.

Puesto de comida callejera en Insa-dong

Cuando haces viajes hasta la otra punta del mundo esperas encontrarte con lugares como aquel rincón de Corea. Parece una película trepidante, en la que todo sucede a un ritmo vertiginoso. Por ejemplo, en una plazoleta vimos montar un escenario y un patio de butacas en cuestión de segundos, actuar a un coro que parecía estar cantando aleluyas a un mesías con forma de político trasnochado y desarmar el decorado tan rápido como habían llegado. Un visto y no visto.

Cientos de sonidos, sabores, olores y colores compiten por llamar tu atención.  Y a veces lo consiguen. Marketing de guerrilla en forma de tenderetes. Algunos tan singulares como los que vendían enormes gusanos hechos de pasta de maíz. Por un precio irrisorio tienes snack para varias horas y por eso los niños lo lucían como el mayor de los trofeos.

Herboristería en en Insa-dong

Nos estaba gustando aquella cara de Seúl, sobre todo porque había gente de todas las edades a la caza y captura de algún pasatiempo. El consumismo no tiene carné de identidad. En los viajes a Corea tampoco. Nosotros éramos de los pocos occidentales que había por allí, así que muchos se extrañaban de ver a una pareja joven con un niño pequeño en medio del bullicio.

Además de los puestos callejeros, nos gustaron algunas de las singulares galerías de arte repletas de pinturas y esculturas preciosas. Lástima que no tuviéramos más tiempo para explorarlas con calma, porque vimos algunas obras preciosas. Lo mismo sucedió con las casas de té y los restaurantes que nos invitaban a entrar con sus tentadoras fragancias, poderosas como cantos de sirena.

Carteles en Insa-dong

Pese a que Insa-dong es un distrito bastante turístico creo que es imprescindible darse una vuelta por sus callejuelas y empaparte del ambiente. Es fundamental permanecer con los ojos bien abiertos porque en cada rincón puede estar sucediendo algo interesante.

Calcetines de un puesto de Insa-dong

Tanto Teo como nosotros estábamos un poco desconcertados al principio, pero decidimos aplicar aquello de donde fueres haz lo que vieres y acabamos fascinados con tanto colorido y con la diversidad de productos que allí se vendían. Desde reproducciones de máscaras tradicionales coreanas hasta calcetines kitsch. En este barrio de Seúl se compra y se vende hasta el sol. Un must de los viajes a Corea.

10 COMENTARIOS

  1. En una visita a cualquier ciudad asiática que se precie, los mercados son uno de los lugares más interesantes, por los puestos de comidas, las tiendas de recuerdos y alguna que otra curiosidad local. En Seúl, por ejemplo, me llamaron mucho la atención las boticas de ginseng.

    Saludos

  2. La calle típica para visitar el último día y comprar los souvenirs para la familia. Hace años no era fácil comprar souvernirs de Corea, y este era el mejor lugar. Ahora han abierto tiendas de recuerdos en muchos sitios, incluso en los centros comerciales, pero Insadong sigue siendo el gran centro del mercadeo turístico de Seúl. Yo también voy a veces, porque siempre se ven cosas interesantes 🙂

    • Y el ambiente es espectacular, parecía que estuviera todo Seúl allí aquella tarde. La experiencia puede ser divertida y agobiante a partes iguales 😀

  3. Información Bitacoras.com…

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