Faltaban muy pocas horas para pillar el avión que nos enviaba de nuevo a Estocolmo. Llevábamos más de una semana en mitad de Laponia Sueca con el objetivo de ver las auroras boreales y no lo habíamos conseguido. Aunque nuestros cuerpos se encontraban en aquel pequeño restaurante de Nikkaluokta, nuestras almas estaban con nuestras familias. Durante aquellas horas pensé mucho en Vero y en Teo. ¿Se acordaría de mí tras diez días fuera de casa? ¿Me reconocería con aquella súper-barba?
Mientras tanto, los miembros de la expedición apurábamos nuestras últimas horas del viaje a Laponia con una cena de despedida. Entre bocado y sorbo de cerveza, celebramos el éxito de la travesía, revivimos algunas anécdotas del camino y reímos sin parar. Para todos había sido una aventura irrepetible, pero nos íbamos a casa con la espina clavada de no haber visto las auroras boreales.
Como ya expliqué en un post, para ver la aurora boreal se tienen que dar una serie de circunstancias bastante especiales. En primer lugar, que haya una elevada actividad solar. Segundo, estar a ciertas latitudes, o bien muy al norte, o bien muy al sur. Tercero, que no haya mucha contaminación lumínica, y cuarto, que el cielo esté completamente despejado, sin nubes. Además, el espectáculo suele empezar como muy pronto a las 11 de la noche, cuando todo está oscuro.
Después de casi diez días perdidos en el Círculo Polar Ártico, estábamos en el lugar menos apropiado para ver las auroras boreales. Nikkaluokta es un pueblo pequeño perdido en Laponia, pero no deja de tener muchas luces que estropearían la visibilidad. Prácticamente, nos hacía falta un milagro. Y el milagro sucedió.
Reserva tu hotel, descuento, cancelación gratis
De cara a tu viaje, reserva ya tu hotel en booking.com con con descuentos y posible cancelación gratis.
Aquí puedes reservar tu hotel.
Tras la cena, salimos del restaurante con la intención de ir a la cama, pues al día siguiente teníamos que levantarnos temprano. Nada más salir del restaurante empezamos a ver las primeras estelas. En ese momento hubo una especie de locura colectiva. Risas, estruendo, frenesí, corríamos de un lugar a otro. Los lugareños descubrieron por nuestras muecas de felicidad que era la primera vez que veíamos aquel espectáculo de luces verdes.
Cámara en mano, empezamos a hacer algunas fotos a lo loco, pero pronto el frío polar nos recordó que estábamos en Laponia y nos impidió estar mucho tiempo a la intemperie. Corrimos hasta nuestra cabaña a por más ropa de abrigo, a por los trípodes y a tomar buenas posiciones. Aunque las imágenes no eran muy buenas en cuanto a composición, empezamos a disparar fotos de larga exposición una tras otra. De 30 en 30 segundos más lo que la cámara tardara en procesar la imagen. Poco importaba el encuadre o las reglas fotográficas, allí lo que queríamos era captar el momento.
Y ese momento, fue uno de los más extraños y especiales al mismo tiempo de mi vida. Por muchas fotos que os enseñe, la aurora boreal es un fenómeno que se tiene que ver en persona. Las fotos no le hacen justicia. Cuando la ves aparecer no acabas de creértelo. Son como haces de luces verdes y amarillas que surcan el cielo fugazmente, parece sacado de una peli de ciencia ficción, pero es real, muy real.
Creo que aquella noche en Nikkaluokta será recordada por todos como una noche mágica. La aurora boreal es uno de los motivos por los que siempre recordaré aquel viaje a Laponia Sueca. Un viaje que por fin estaba completo. Viendo las auroras boreales nos sacamos la espina que teníamos clavada.
[…] domingo pasado fui al cine a ver Frozen con mi hijo y me dieron muchísimas ganas de volver a contemplar auroras boreales. La película está basada en un cuento de Hans Christian Andersen, pero sus escenarios y decorados […]
[…] domingo pasado fui al cine a ver Frozen con mi hijo y me dieron muchísimas ganas de volver a contemplar auroras boreales. La película está basada en un cuento de Hans Christian Andersen, pero sus escenarios y decorados […]
[…] domingo pasado fui al cine a ver Frozen con mi hijo y me dieron muchísimas ganas de volver a contemplar auroras boreales. La película está basada en un cuento de Hans Christian Andersen, pero sus escenarios y decorados […]
[…] domingo pasado fui al cine a ver Frozen con mi hijo y me dieron muchísimas ganas de volver a contemplar auroras boreales. La película está basada en un cuento de Hans Christian Andersen, pero sus escenarios y decorados […]
@Noelia, bienvenida a ‘el pachinko’. Te recomiendo que tarde o temprano viajes a Laponia para ver este espectáculo.
Guau.. Qué suerte.. Yo espero algún día ir a Laponia a verlo… Quizás cuando acabe mi carrera, o quizás antes.
@memoriadepez, desde luego, al menos una vez en la vida, yo espero que no sea la última 😀
Vaya gozada! Creo que es algo que hay que ver al menos una vez en la vida… aunque aún no lo haya tachado de mi lista… 🙁
@Jorge, la verdad es que además de emocionante fue divertido. Estábamos todos con caras de bobo jejeje
@Gonzalo, ese lo tienes que hacer, que es de los que te gustan.
@Javier, por supuesto, esas fotos y esos recuerdos son imborrables. Antes de que me ataque el alzheimer lo quería compartir con vosotros 😉
@Carlos, hombre Carlos, ¿qué tal todo amigo? Momentazo, sin duda, ahora a por el sur, que el norte ya lo hemos conquistado 🙂
@davigimon, pues supongo que sí, por allí no hay grandes ciudades, y por aquí no hay aurora 😀
@Robert, sí que es bastante jodido, incluso estando diez días en Laponia sólo lo conseguimos ver una noche con claridad.
@Javichu, sí señor, espero que os motive para que intentéis verla alguna vez.
Como bien dices hay cosas que hay que vivirlas para saber lo que son y, además, lo que te hacen sentir. Impresionante.
Un abrazo
jo!, que bonito, no sabía que hacian falta esas características concretas para que se diera. Sin duda es uno de los fenómenos naturales que no me gustaría morirme sin verlo. ^_^
Verla es algo que tengo en esa lista antes de palmarla.
La gente del lugar estara tan acostumbrada que ellos fliparan con la contaminación luminica de las grandes ciudades XD
Fue de los mejores momentos vividos en mi vida, ver aquello, hacer guardias a -15 º C,y compartirlo todos juntos con nuestros inventos para colocar los tripodes, jajajajaja!un abrazo GRAN PAUUUUUUUUUUUUUU!ERES UN FENOMENO!
Así da gusto terminar el viaje con una experiencia como esta. De tus palabras se denota lo bonito que tuvo ser vivirlo en persona y pudieras capturar esas instantáneas para compartirlas con nosotros.
Un recuerdo que seguro perdudará por mucho tiempo.
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Faltaban muy pocas horas para pillar el avión que nos enviaba de nuevo a Estocolmo. Llevábamos más de una semana en mitad de Laponia Sueca con el objetivo de ver la aurora boreal y no lo habíamos conseguido. Aunque nuestr……
Qué espectáculo! De fotos y de viaje…
Fue impresionante, si señor, un auténtico espectaculo de la naturaleza que ademas duró lo suyo. La locura fue colectiva y fueron unos momentos muy intensos y emocionantes.