Seguimos con nuestro viaje a Suecia. La semana pasada os hablé del espectacular parque de atracciones Liseberg de Gotemburgo y de lo mucho que había cambiado nuestra forma de viajar desde que lo hacemos con Teo. No obstante, me he dado cuenta de que los que hemos evolucionado hemos sido nosotros, o al menos yo. Me explico.
Gracias a estos viajes con niños, en los últimos años hemos estado en varios parques de atracciones. Se supone que estas cosas le gustan a uno cuando es niño, adolescente o simplemente joven. También se supone que es divertido, porque buscas emociones fuertes y segregas adrenalina por un tubo. En mi caso nunca ha sido así. Jamás me he subido ni a unos malos autos de choque, a un tren de la bruja ni mucho menos a una montaña rusa.
No obstante, cuando vi la gigantesca noria que hay en el puerto de Gotemburgo le propuse a Vero que subiéramos. ¿Qué me está pasando doctor? Ya sé lo que estáis pensando. Se trata de una atracción para nenazas y no tienen nada de valentía. Tenéis razón, pero hace cinco años no me hubiera imaginado a mí mismo diciendo eso de «¿por qué no subimos a este enorme círculo?».
En fin que tras esta disertación os diré que nos lo pasamos en grande subiendo a la noria de Gotemburgo y que es algo que recomiendo encarecidamente a todos. Es una forma diferente de ver esta ciudad de Suecia, a vista de pájaro.
No hace falta que os explique como llegar hasta allí, porque podéis dar un paseo tranquilamente, ya que es una ciudad muy cómoda para el viajero. La zona del puerto de Gotemburgo es preciosa y el 360º se ve a la legua, así que no tenéis pérdida.
Subir a la noria cuesta 95 coronas suecas (10,6 euros) por persona, lo que te da derecho a dar varias vueltas. En total estás en el aire entre 12 y 15 minutos. Ciertamente se nos pasaron volando y nos regalaron una de las panorámicas más hermosas de nuestros viajes a Suecia.
La noria de Gotemburgo mide 60 metros, pesa 275 toneladas y tiene 42 cabinas con capacidad para 8 personas cada una. En la nuestra sólo íbamos Teo, Vero y yo. Pese a que era en un día festivo no había demasiada gente.
Como os podéis imaginar las vistas de Gotemburgo desde allí arriba son una auténtica maravilla. Se ve Suecia desde las alturas y prácticamente toda la localidad, especialmente la zona de Kanaltorget, la Opera House y el Älvrummet. Disfrutamos de las vistas y pasamos un buen rato en la noria. ¿Me estaré haciendo mayor o es que me han cambiado los viajes?
@José Carlos DS, jajaja creo que a tanto no llegaré, con la adrenalina de la noria es suficiente. Las vistas de Gotemburgo desde aquí son preciosas.
Que chulada de noria, la verdad que es la típica atracción que aunque no te gusten este tipo de artilugios, simplemente es para tomárselo como si subieras a un mirador para disfrutar de las vistas y ¡Que vistas!
Vamos, que le estás cogiendo un gustillo a estos sitios, que ya mismo te veo haciendo una entrada del Port Aventura montado en el Dragon Khan xDDD
Saludos 😉
@Abarciela, sí, desde el cielo vimos que es una ciudad muy ordenadita y con grandes atractivos, sobre todo la parte del puerto.
@Luis, bienvenido a ‘el pachinko’ y gracias por tus palabras, si necesitas cualquier info sobre esos destinos avisa.
@Chiqui, muchos males se curan viajando.
Será que el ver mundo abre de par en par las puertas de la mente….o no 😉
un abrazo!
Muchas gracias, Pachinko, tus consejos me han sido muy útiles en cuanto a Roma y el Vaticano. Te he descubierto por casualidad y me ha gustado mucho tu sencillo, directo, ameno y didáctico blog, con muy buenas fotografías.
Un saludo
Lo cierto es que ver las ciudades desde este tipo de norias siempre es interesante, ya sea Londres, Osaka, Tokyo o como en tu caso Gotemburgo. Te da una imagen diferente de la ciudad y sobre todo en ocasiones te hace darte cuenta realmente de la dimensión de la ciudad 🙂
Enhorabuena por el post 🙂
Información Bitacoras.com…
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