Pau, Vero y Teo en el parque de las estatuas de Oslo

Seguro que muchos coincidís conmigo en que uno de los mejores momentos de un viaje es cuando dejas las maletas en el hotel y te vas a intentar tomarle el pulso a la ciudad que te acaba de acoger. Estas lleno de energías y con ganas de ver qué sorpresas te deparará ese lugar. Todo es optimismo y predisposición.

Pues bien, el primer rincón de nuestro viaje a Noruega fue el parque de las estatuas Vigelandsparken de Oslo. Mucha gente me había dicho que era precioso y sobrecogedor, pero supero con creces mis expectativas. De hecho, me atrevería a decir que es el parque más bonito y emocionante en el que he estado jamás.

De picnic en el Vigelandsparken de Oslo

El parque de las estatuas, junto con el Munch Museet y el Holmenkollen, es de los atractivos de Oslo que más alejados están del centro de la ciudad. No obstante, llegar hasta allí es muy sencillo. Sólo tenéis que pillar el tranvía 12 y apearos en la parada que lleva el nombre del parque, justo frente a la puerta.

La culpa de que me encantara este parque la tiene un genio de la escultura llamado Gustav Vigeland. La escultura es una de las manifestaciones artísticas que más me conmueven, y en el parque de las estatuas hay más de 200 piezas hechas en bronce, granito y hierro forjado.

Monolito del Vigelandsparken de Oslo

La mayoría tienen como protagonistas a seres humanos en tamaño real dispuestos en formas muy diversas y con unas expresiones de un realismo sobrecogedor.

La creatividad que demostró Vigeland con sus esculturas es simplemente magistral. Hay estatuas de personas de todas las edades y que transmiten todas las emociones humanas. Es muy complicado de expresar con palabras, pero paseando por el parque percibes ternura, amor, desasosiego, serenidad, rabia… simplemente maravilloso.

Escultura del parque de las estatuas de Oslo

La escultura que más suele llamar la atención es un monolito formado por personas contorneándose hacia el cielo. Es una pieza magnífica y que está siempre rodeada de gente. Podríamos decir que es el epicentro del parque.

El parque Vigeland también tiene a la entrada un museo gratuito dedicado al autor noruego, quien también fue responsable de diseñar el conjunto arquitectónico del parque.

Monolito y esculturas del Vigelandsparken de Oslo

Pero no olvidemos que además de esculturas, el Vigelandsparken está repleto de personas. En realidad, es el paseo central de un parque mayor llamado Frognerparken. Allí la gente va a pasar la tarde y a olvidarse de su rutina diaria. Vimos a muchas parejas haciendo picnic, jóvenes y no tan jóvenes con sus bicicletas, y deportistas practicando footing.

Escultura de bronce del parque de las estatuas de Oslo

Sin embargo, lo que más le gustó a Teo fueron las muchas zonas habilitadas para niños con columpios y atracciones para que los peques se lo pasen en grande.

Se podría decir que el parque de las estatuas de Oslo tiene todo lo necesario para degustar una tarde soleada, tengas la edad que tengas. Nosotros estuvimos allí muchas horas, disfrutando de las esculturas, paseando, jugando con Teo, o simplemente viendo a la gente pasar.  Eso es empezar un viaje con muy buen pie.

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

9 COMENTARIOS

  1. @Conchi, bienvenida a ‘el pachinko’. Me alegro de que disfrutarais de Noruega tanto como nosotros. El parque es maravilloso, se merece mucho tiempo para deleitarlo.

  2. De acuerdo contigo, Pau. Nosotros lo vimos o vivímos nuestra última tarde en Noruega y fue fantástico para despedirnos de este fantástico país tanto por la belleza del paisaje que lo rodea como por las esculturas. Mis hijos lo disfrutaron muchísimo…se fotografiaron con todas las esculturas y flores de todas clases, no querían irse de allí. Por cierto hacía un tiempo soleado genial.

  3. @Chiqui, nosotros tuvimos mucha suerte en Oslo con el clima, unos días estupendos.

    @Isa, bienvenida a ‘el pachinko’ y gracias por tus palabras. Yo también tengo ganas de conocer Noruega en invierno, seguro que es otro país completamente distinto.

    @Guisantes, teníamos claro que sería lo primero que visitaríamos y que pasaríamos allí toda la tarde. Viva el slow travel.

  4. Me gustan mucho tus descripciones. Gracias. Tengo un recuerdo buenísimo yo también. Y, sí, hay días muy buenos en Noruega, ese país precioso.

  5. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Seguro que muchos coincidís conmigo en que uno de los mejores momentos de un viaje es cuando dejas las maletas en el hotel y te vas a intentar tomarle el pulso a la ciudad que te acaba de acoger. Estas lleno de energías y con…..

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