Teo en el zoo de Reikiavik

Cuando se viaja con un bebé o un niño, siempre tienes que tener un plan b por si los más pequeños de la casa se aburren. En nuestro caso la visita al zoo de Reikiavik no fue el plan b, sino más bien una iniciativa propia para ver cómo reaccionaba Teo al tener cerca a los animales.

Foca del zoo de Reikiavik

En realidad, el zoo de Reikiavik es muy pequeño. Es una mezcla entre granja escuela y parque de diversiones diseñado especialmente para niños. Nosotros fuimos en taxi ya que estaba un poco alejado del centro de la ciudad, aunque tampoco nos costó demasiado. Como todos los taxis islandeses, disponía de sillita para el bebé.

Vaca islandesa del zoo de Reikiavik

Por si queréis visitarlo, la dirección es la calle Engjavegur y está abierto desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde en verano. En invierno cierra una hora antes. No recuerdo exactamente lo que nos costó la entrada.

Caballo islandés del zoo de Reikiavik

Una vez dentro había poca gente, aunque para lo que es Reikiavik estaba bastante animado. Allí pudimos ver algo de la escasa fauna local islandesa. Algunas focas grises, zorros árticos, nutrias y mucho animal doméstico como caballos, vacas, cerdos, renos, ovejas… creo que lo que más le gustó a Teo fueron las focas.

Nutria del zoo de Reikiavik

Se supone que también hay un espacio reservado para las aves marinas como los típicos frailecillos islandeses, pero nosotros no los vimos.

Zorro del zoo de Reikiavik

Una vez recorrer la parte del zoológico, hay una zona con algunas atracciones para la diversión de los niños. Una especie de barco vikingo, y algún juego de feria de tamaño pequeño. No obstante, lo que más triunfa es un circuito donde se les enseña educación vial a los niños con mini-carts y bicicletas. Teo era muy pequeño, pero se reía a carcajada limpia con las peripecias de los otros niños.

Niño islandés con un mini-cart en el zoo de Reikiavik

Lo dicho, aquí tenéis un plan b por si hacéis un viaje a Islandia con niños. Ellos saldrán de la rutina, pero quizás para los adultos no sea el lugar más divertido del mundo.

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

9 COMENTARIOS

  1. @Roger, eres una caja de sorpresas, igual te pones a hablar de la pesca del atún como del caballo islandés. Muy buena tú aportación. Espero verte en un par de semanas en una cena #TLQM

    @Beus, era muy pequeñito, pero mus islandés 😉

  2. Los islandeses están muy orgullosos de sus caballos autóctonos. Tienen un tamaño a medio camino entre un caballo y un pony y son tan especiales: mantienen la raza en estado puro desde la época de los vikingos y no permiten que salgan del país ni tampoco está permitida la entrada de caballos forasteros, para que no haya cruces de razas.
    Una peculiaridad que me contaron es que, además del paso, trote y galope, los caballos islandeses tienen una especie de «quinta marcha» única en su especie, donde tocan el suelo con una sola pata a la vez y parece que se deslicen como si fueran sobre hielo. Busca vídeos de ese trote especial islandés, porque es muy peculiar. 😉

  3. Información Bitacoras.com…

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