Estoy seguro de que todas la grandes ciudades del mundo necesitan una válvula de escape. Un lugar tranquilo donde charlar con los amigos, un decorado romántico donde intentar seducir a una mujer, una calle donde poder pasear en familia y olvidarte de las tensiones del día, contrarrestar el acelerado ritmo de vida de una metrópolis. En Seúl ese rincón es el arroyo Cheonggyecheon.

Precisamente era lo que buscábamos tras las maratonianas jornadas que habíamos tenido en el comienzo de nuestro viaje a Corea. Entre el larguísimo vuelo, el jetlag y las experiencias que habíamos vivido en Seúl, había llegado la hora de ir concluyendo la jornada. Nuestro hotel no quedaba demasiado lejos, pero antes de despedir la jornada queríamos respirar un poco de sosiego.

Teo abrigado en Seúl

A pesar de que eran principios de abril y de que habíamos tenido un clima estupendo, empezaban a bajar las temperaturas. El rostro de Teo reflejaba ese cambio de clima. La naricita roja de haber tomado demasiado sol, pero un semblante de frío que nos pedía algo más que una chaqueta.

Tras abrigar al peque dimos el último paseo del día por el arroyo Cheonggyecheon de Seúl. Entero tiene casi 6 kilómetros de longitud, y 22 puentes que le confieren un aspecto muy idílico. Nosotros sólo recorrimos un trocito para hacernos una idea del ambiente de aquel espacio urbano ecológico.

Torre Jongno de Seúl

Si cierras los ojos escucharás el rumor del agua y de sus nueve bonitas fuentes. Sin embargo, es casi imposible abstraerse de que estás en una de las ciudades más pobladas y frenéticas del mundo. Sólo tienes que levantar la vista y descubrir enormes rascacielos y edificios singulares como la Torre Jongno.

A los coreanos les da igual que desde el arroyo se vea parte de la ciudad. Es su paréntesis, un oasis en medio de la jungla de asfalto que intentan visitar cuantas más veces mejor. Las sonrisas en sus caras les delatan.

Una pareja en el arroyo Cheonggyecheon de Seúl

Nosotros íbamos tirando de carro pero con los ojos muy abiertos. Sobre todo se veían parejas. Durante el viaje a Corea no vimos demasiadas muestras de afecto en público. Aquí tampoco, aunque las miradas de complicidad, los gestos o las muecas de la boca lo decían todo. ¿Estábamos en el lugar más romántico de Seúl? Quizás sí, sobre todo el trozo de la pared de los deseos.

También observamos muchos grupos de estudiantes o familias con niños. Cuando veían a Teo con su gorrito verde y sus grandes ojos todos se querían acercar a él para decirle alguna cosa. Pese a que llevábamos pocas horas en Seúl, sabíamos que esa tónica se repetiría durante todo el viaje a Corea. Y Teo encantado de la vida.

Carteles electorales en el arroyo Cheonggyecheon de Seúl

Pronto se cansaría de estar en el carro y pidió algo más de acción, sobre todo al ver las fuentes, cascadas, los puentecitos de piedra y las banderolas de colores que anunciaban las inminentes elecciones. Él tenía que dar su visto bueno a todo.

Para acabar de completar una estampa poética, el sol se decidió a  regalarnos una bonita puesta en el arroyo Cheonggyecheon de Seúl. Quizás las parejitas lo agradecieran más que nosotros, pero nos pareció un momento realmente precioso.

Atardecer en el arroyo Cheonggyecheon de Seúl

Estábamos agotados y tocaba retirada. El último paseo fue el colofón perfecto a nuestro primer día entero de viaje a Corea.

Artículo anteriorEstampas de Ars en Ré en el oeste de Francia
Artículo siguienteViajar es compartir II
Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

21 COMENTARIOS

  1. Estoy contigo, y estos «kit kat» me encantan tenerlos también en todos los sitios que visito. Estamos planteando ir a Corea el año que viene… a ver como van yendo los vuelos y lo podemos hacer realidad…

    Un abrazo!!

      • Pues justo arriba del arroyo hicimos una quedada hace poco y me acordé de ti porque era un bar estilo americano pero con cientos de birras del mundo en el medio de la mesa que tenía muchos hielos. En el post de «una semana en Seúl» que comentaba que estuve con una familia coreana hay una foto que salen las cervezas en medio de la mesa. Hubieras disfrutado ahí xD

  2. Un lugar muy recomendable y agradable tanto de día como de noche que fue cuando lo conocí yo. Precioso con las luces de Navidad en la época que fuimos nosotros, aunque eso si menudo pelete. Un eje de la ciudad con mucha vida por los alrededores.

  3. Muchas ciudades cuentan con este tipo de espacios que se agradecen enormemente. Es fundamental tener sitios en los que desconectar del frenetico ritmo de vida de las ciudades en pleno siglo XXI y tratar de volver a la tranquilidad del mundo natural. En Asia son toda una eminencia en manejarlos. Por aquí vamos aprendiendo poco a poco, jeje.

  4. Sin duda, uno de los lugares más especiales de Seúl. Yo suelo pasear por este lugar después de comer, y antes de regresara la oficina, y además ahora estoy yendo a correr por las tardes porque también es un buen sitio para hacer deporte. ¡Es mi lugar favorito de Seúl!

  5. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Estoy seguro de que todas la grandes ciudades del mundo necesitan una válvula de escape. Un lugar tranquilo donde charlar con los amigos, un decorado romántico donde intentar seducir a una mujer, una calle donde poder pasear …..

Responder a Pau Cancelar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.