Nunca nos hemos considerado mochileros, aunque dormir en una tienda de campaña al lado de una playa o en un hotel de mala muerte antes nos importaba muchísimos menos bledos que ahora. Desde que hacemos viajes con niños intentamos que los alojamientos que escogemos sean acogedores y con todo lo necesario para la comodidad de los peques.

Sin embargo, la vida te pone a prueba y hay ocasiones en que bajas la guardia por un segundo. ¿Quién no se ha dejado llevar a veces por las ganas de vivir una experiencia insólita? Y eso es lo que nos pasó en el viaje a Corea con los hanok. El silogismo de perogrullo que hicimos antes de salir de casa fue el siguiente: «como en Japón nos encantó a experiencia de alojarnos en un ryokan, en Corea tenemos que probar el hanok«. Pero las cosas no salieron como nosotros esperábamos.

Puerta de una casa tradicional coreana en Gyeongju

Para que os hagáis una idea, los hanok son casas tradicionales coreanas. Visualmente son edificios preciosos, pero en el tema de las comodidades, siguen respetando los mismos cánones de hace siglos. Las habitaciones son muy pequeñas, no tienen camas, ni sillas, te tienes que quitar los zapatos antes de entrar y los baños están localizados fuera de la estancia. Más o menos lo que nos esperábamos tras la experiencia ryokan.

Decidimos que nos alojaríamos en un hanok mientras estuviéramos en Gyeongju. Esta ciudad tiene una importancia primordial para entender la historia de Corea. Fue la capital del antiguo reino de Silla y uno de los mayores centros culturales del mundo. La ciudad está plagada de un patrimonio extraordinario entre los que se encuentran muchas casas de estilo hanok.

Dormitorio de una casa tradicional coreana en Gyeongju

Antes de emprender el viaje a Corea nos habíamos puesto en contacto con la propietaria de un hanok y acordamos que pasaríamos allí dos noches. Le pagué una cantidad por adelantado y ella me dio la dirección del alojamiento. Le habíamos comentado que viajábamos con un niño de dos años y le pregunté si disponían de ciertas comodidades. Algunas sí, otras no, aún así nos lanzamos a la piscina sin flotador.

Tomamos un taxi cuando llegamos a la estación de trenes de Gyeongju procedentes de Busan. Los taxis en Corea son baratos y además no teníamos alternativa para llegar al hanok. Nosotros no teníamos ni idea de coreano, pero no hacía falta ser un genio políglota para comprender que el taxista no tenía ni idea de donde estaba aquella casa tradicional… y eso es muy raro en una de las ciudades más turísticas del país. No paraba de llamar por teléfono sin sacar nada en claro, así que le facilitamos el número de la propietaria del hanok.

Hanok o casas tradicionales coreanas en Gyeongju

Aquello no pintaba nada bien. Tras algunas conversaciones nerviosas y más de media hora de trayecto, el taxista se desvió por un camino fangoso hasta llegar al que tenía que ser nuestro alojamiento en Gyeongju. El lugar estaba justo al lado de donde Cristo perdió la sandalia, no había otra forma de llegar hasta allí que en coche y lógicamente éramos los únicos huéspedes ¿en meses?

Exteriormente las casas eran preciosas, pero si nos referimos a ellas como espartanas nos vamos a quedar cortos. Estaban ubicadas al lado de una charca de agua verde que era sobrevolada por nubes de mosquitos y otros insectos. Estaba claro que aquel antiguo centro educativo había vivido días de mayor esplendor.

Dormitorio del Gyeongju Hilton
Cambiamos un hanok por el Hilton

Una señora coreana nos recibió muy amablemente, aunque pronto se dio cuenta de lo que estábamos pensando. «No es hanok para niños«. La habitación era de 2×2 metros, pero nos dejaba otro habitáculo para dejar los trastos que no se habían movido de donde los había dejado el taxista. La mujer que hablaba inglés nos comentó que ella no dormía allí, pero que estaría temprano todas las mañanas. Mientras Teo se distraía tirando piedras a la charca inspeccionamos un poco la casa. Ante la perspectiva de pasar dos noches allí perdidos y gastarnos un dineral en taxis yendo y volviendo de Gyeongju, tomamos la decisión de dejar la experiencia hanok para otra ocasión. «Lo comprendo perfectamente, más si viajáis con un niño tan pequeño».

Así que a los pocos minutos llegó el taxi que amablemente le pedimos que llamara. Era nuestro viejo amigo el taxista que hizo su agosto con nosotros en pleno mes de abril gracias a nuestros viajes de ida y vuelta al hanok. Le pedimos que nos dejará en la oficina de turismo de Gyeongju donde nos consiguieron una habitación en el Hilton para dos noches a muy buen precio.

Baño con botones del Gyeongju Hilton
Baño con botones del Gyeongju Hilton

No nos miréis con esa cara, ya hemos explicado en la primera frase que no somos mochileros. Con este post no queremos decir que todos los hanok sean iguales. Nos imaginamos que habrá muchos y muy bien acondicionados a lo largo y ancho de Corea, pero el que nosotros escogimos no era el lugar más apropiado para pasar dos noches con un niño de dos años.

En nuestras pesadillas imaginábamos a Teo tirando piedras a aquella charca verde y a un kraken saliendo de ella. Ya lo dijo Gandalf, «no molestéis al agua». Bromas aparte, creo que acertamos con la decisión, pues aquella situación tensa nos hubiera impedido disfrutar de una ciudad tan increíble como Gyeongju. Además, ¿habéis probado los WC con botones? Si la respuesta es sí, seguro que comprendéis mucho mejor nuestra decisión.

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

33 COMENTARIOS

  1. Yo hubiera echo exactamente lo mismo, con niños o sin ellos, me hubiera cambiado de hospedaje. No se esta a gusto y eso es lo que más importa

  2. De verdad pensabas que un Hanok seria igual que un Hilton?
    Viajar por segun que paises no es tan facil, y hay que saber dobde se va

    • Bienvenido a ‘el Pachinko’. Claro que no nos esperábamos que el hanok fuera el Hilton, pero sí algo mejor acondicionado, al estilo ryokan japonés. No esperábamos que estuviera apartado de todo y sin posibilidad de comunicarnos con nadie… ni los taxistas sabían dónde estaba aquello. Digamos que lo que aparecía en la web no se correspondía con lo que luego encontramos allí.

      Viajar por Corea es muy fácil, pero este tipo de cosas te pueden suceder en cualquier lado. Creo que tomamos la decisión correcta y no nos arrepentimos para nada de habernos cambiado de alojamiento.

      Y te aseguro que nos documentamos mucho antes de los viajes. No sé, no me ha gustado el tono de tu comentario, los errores forman parte del viaje (y de la vida) y de ellos se aprenden.

  3. Hicisteis bien en cambiar de alojamiento, cuando vas con peques quieres estar tranquilo y si el hanok no os acababa de gustar… pues a un Hilton!!! mejor cambiar que estar a disgusto y no disfrutar del viaje. Además he probado los WCs con botones… 🙂

  4. Creo que hubiera hecho lo mismo. Y si la mujer tampoco estaba allí por la noche, en caso de tener un problemilla o urgencia no veas la movida.
    Confieso que me he quedado muy intrigado con lo de los botoncitos. En la foto se ven 4 funciones (imagino) principales, y por lo menos 8 opciones extras. Esto necesita una explicación Pau, ni que sea un post de estos del mes de agosto 🙂
    Salut!

    • Claro, lo de pasar la noche allí «tirados» no nos hacía demasiada gracias.

      Creo que en su día ya hablé de este tipo de WC’s, aunque quizás se merezcan un post más completo 😛

  5. jaja, ya me contaste algo de esa experiencia! Me queda claro que si voy por alli con niños me olvido de las casas tradicionales. Ahora que el cambio de alojamiento fue brutal no?? Al final las cosas suelen salir bien, y la anecdota para contarla…. Un abrazo amigo

  6. Desde luego si el hanok no tenía unas instalaciones muy allá, lo que lo mataba realmente era la ubicación, en caso de estar bien localizado y no necesitar taxi, pues mira en peores sitios se ha dormido, pero encima de estar lejos que las condiciones no fueran buenas y encima no adaptadas para pekes, pues mejor otra cosa 🙂

    Yo intentaré probar la experiencia de dormir en un hanok cuando vaya por allí, pero que se encuentre medianamente cerca de lo visitable xD

    Saludotes y buen verano!

    • Bienvenido a ‘el pachinko’ Sergio! En otras circunstancias me hubiera quedado pero los contras eran mayores que los pros con el peque.

  7. gracias por el articulo muy interesante ya sabemos lo que nos podemos encontrar en corea y que cuando nos digan la palabra hanok saber de que nos hablan un saludo.

  8. Yo creo que tomasteis la decisión correcta. Yo también estaría tentada de salir a patas del hanok tal y como lo has descrito y sin viajar con niños. La verdad que cuando viajas y quieres probar «lo auténtico» corres el riesgo de que pueda ser, no se, demasiado auténtico… jejeje.

    Supongo que si viajas sólo o con otros adultos, da un poco igual (o por lo menos te puedes quedar una noche) pero con un peque, yo ni me lo pensaría. Me iría directa como vosotros al Hilton! jeje

    Un saludo,
    Sonia.

    • Jejeje estuvimos pensando mucho en el peque y si se hubiera resfriado o pillado una pequeña infección en el hanok ¿qué hubiéramos hecho allí sin poder ir a la ciudad, sin teléfono, sin hablar coreano y sin nadie para ayudarnos?

  9. Muy buena Pau, estos » garitos» asiáticos tienen mucho encanto 🙂 . Hay hostels de mochileros muy currados que tienen espacio para niños, la diferencia con un hotel suelen ser significativas en cuanto al contacto con otras personas. Un abrazo amigo

    • Eso seguro, en los hoteles sólo tienes contacto con los recepcionistas, pero debo admitir que el Hilton tenía todas las comodidades del mundo en comparación con el hanok.

  10. Totalmente comprensible.

    Iba a comentarte que la foto desde el exterior pues.. parece bonito. Ahora bien después de lo que cuentas pues no es lo ideal si vas con críos 🙂

  11. ¡Jajajajaja! Me he meado de la risa con la referencia a Gandalf xDD
    No tenía ni idea de lo de los hanok, pero lo de los mosquitos me ha recordado a cuando era Erasmus y la cocina estaba similar: I feel your pain.

    Increíble lo del hilton y los botoncitos, qué envidia… hubo alguno que te llamara la atención por alguna funcionalidad rara? Jajajajaja, por saber!

    • Bienvenida a ‘el pachinko’ y gracias por el comment.

      Lo de los botoncitos es mejor mantenerlo en secreto y que lo descubras por ti misma 😛

  12. muy divertido jajaja. Es cierto, los hanoks muchas veces presentan incomodidades. Es una cuestión de acostumbrarse. Yo por ejemplo, después de año y medio durmiendo en el suelo, lo encontraría de lo más normal… ¡y cómodo!. Aunque pueda parecer lo contrario, y tener pinta de espartano y antiguo, en la realidad no es tan diferente de dormir en un colchón. O debe ser que ya estoy demasiado acostumbrado.

    Lo que sí que te voy a pedir es que me digas dónde está este hanok porque veo que es un Seowon (academia confucionista) reconvertido en «hotel hanok» y me encantaría pasar por ahí 😉 ¿tiene web? Si no, te pregunto por privado 😉

    • Estoy de acuerdo, todo es cuestión de acostumbrarse, pero en ese caso las incomodidades del alojamiento y logísticas pesaron demasiado. Al final nos fuimos encantados de Gyeongju, pero creo que no nos hubiera gustado tanto si nos hubiéramos quedado allí.

      Estaba demasiado lejos y nosotros necesitábamos un sitio a mano donde Teo pudiera descansar si las cosas se torcían.

      La web es la casa Jongojeong es ésta. El edificio es muy bonito y seguro que en verano es una pasada 😀

  13. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Nunca nos hemos considerado mochileros, aunque dormir en una tienda de campaña al lado de una playa o en un hotel de mala muerte antes nos importaba muchísimo menos bledos que ahora. Desde que hacemos viajes con niños intenta…..

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