La imaginación, esa poderosa fábrica de sueños. Esa que permitió a Rutger Hauer ver rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser o a Julio Verne describir la entrada al centro de la Tierra sin haber estado jamás en Islandia. Esa misma fuerza es la que debemos emplear cada vez que visitamos unas ruinas con casi 2.000 años de antigüedad para intuir la grandeza del lugar.
Y eso es lo que intenté hacer en el paseo que di por las termas de Caracalla en mi reciente viaje a Roma. La fama suele ser un premio exclusivo del Coliseo o del Foro Romano, pero este rincón tiene algo muy especial, una belleza y una sensación de sosiego fuera de lo común.
No dejan de ser ruinas romanas, pero para los amantes del bel canto es un templo que siempre quedará marcado por un aria, el Nessun dorma del Turandot de Puccini interpretado por el gran Luciano Pavarotti.
Y es aquí donde vuelve a entrar en juego la imaginación. Entre paso y paso por los jardines y las ruinas de las termas de Caracalla traté de fantasear, cerrar los ojos y escuchar el torrente de voz del tenor de Módena dejando boquiabiertos a todos con su interpretación del Nessun dorma. Te guste o no la ópera, el vello se pone de punta igualmente.
Pero regresemos de nuevo al presente, o mejor dicho, a imaginarnos el pasado de las termas de Caracalla. Estos enormes baños inaugurados en el año 217 dC podían acoger cada día a unas 8.000 personas en sus piscinas, gimnasios, bibliotecas, tiendas y jardines. Fascinante.
Ahora sólo quedan algunas muestras de esa grandeza. Imponentes muros, magníficos mosaicos de colores, fantásticos arcos… No obstante, lo que más me gustó fue la tranquilidad del lugar y sus hermosos jardines colmados de árboles centenarios. Parece mentira que el Foro Romano o el Palatino estén tan abarrotados y las Termas de Caracalla tan olvidadas. Los seis euros que cuesta la entrada me parecen algo anecdótico.
Si habéis estado en Roma, recordaréis que sus calles y monumentos siempre están hasta la bandera, no cabe ni un turista más. A veces es necesario buscar una escapatoria, un paréntesis que nos permita coger fuerzas y disfrutar de la soledad. Eso lo encontré en las termas de Caracalla, a tan sólo unos pasos del triste y olvidado Circo Máximo.
Y de paso, ¿por qué no volver a imaginar aquella melodía? Las termas de Caracalla y Pavarotti. Sólo podía suceder en Roma, una ciudad donde cualquier sueño se puede hacer realidad.
[…] Olvidarse de todo y dar un tranquilo paseo entre las ruinas de las Termas de Caracalla. […]
Bonitas fotografías e interesante información, complementandola.
Gracias por acercarnos este imponente lugar a través de tu «objetivo»,
Cordial saludo.
Ramón
Bienvenido a ‘el pachinko’ Ramón y muchas gracias por tus palabras.
En Roma hay rincones impresionantes fuera de la senda habitual. El Nessun dorna será recordado para siempre. Un abrazote! Nos vemos pronto!
Bienvenidos a ‘el pachinko’, fue un placer compartir velada el otro día con vosotros.
Me encanta… No he estado nunca en Roma (todos mis amigos sí y no quieren volver para acompañarme… snif snif…) y me muero de ganas… Tu post ha empeorado el tema… Las termas de CAracalla, menuda maravilla!
Mil gracias!
Jejejeje yo soy un viajero tardío y me faltan muchos lugares por visitar, así que todo es ponerse 😉
Un lugar que odié en clases de historia del arte y que ahora no dejaría de ver si se me presentara la oportunidad. Ojalá algún día me pasee por allí como tú. Y si, Nessun Dorma por Pavaroti es impresionante. Nunca me canso de escucharlo ^^
Ahora es cuando echo de menos no haber estudiado historia del arte. Gracias por comentar desde Corea 😉
Esto es un claro ejemplo de que muchos monumentos crían fama y otros que igual merecen más la pena se quedan en el olvido, merece la pena indagar un poco, salirse de las guías clásicas y tópicas y visitar sitios como este, genial entrada.
Cada vez tengo más ganar de visitar Roma, junto con Berlín y Amsterdam, son las ciudades europeas que espero visitar cuanto antes 😀
Pues nada, ya estoy al día en tus relatos. Saludotes!!!!!!
Digamos que me sorprendió bastante que estuvieran tan vacías de gente, aunque en Roma hay tanto que ver…
Berlín también se me resiste 😉
Pues nada, un finde que no tengas nada que hacer nos acercamos por Berlín 😛
Tomo nota 😀
Yo me quedé con las ganas de ir a las termas, pero no me dio tiempo. Bueno, así tengo una excusa para volver a Roma.
¡Saludos Pau!
PD: Efectivamente a mi no me gusta la ópera, pero Nessun Dorma siempre me ha parecido que tiene un algo.
Mi primera vez en Roma me quedé con las ganas, y eso que lo intenté dos veces, así que a la tercera fue la vencida.
Para mi (sin haber estado) son de visita obligada… Aunque viendo tus fotos me doy cuenta de lo bien que están los gráficos del juego Asessins Creed… es como si ya hubiera estado por allí!!
Nunca he jugado al juego, pero alucino con lo que me cuentas 😉
Pues solo por disfrutar de las ciudades merece la pena. Desde luego Roma la recorres de arriba a abajo… y en otras ediciones ves Florencia, Venecia, Damasco, Estambul… Con muy buen nivel de detalle y realismo…
Como mola, ojalá tuviera tiempo para viciarme, pero de momento no puede ser 😉
Bueno, no tengas prisa… disfruta de tu «vicio» de dos piernas, que es mucho más importante! ;D
Jajajajaja cada día 😀
La verdad es que estas termas son realmente impresionantes por lo enormes que son.
En Semana Santa yo también estuve por Roma y la verdad es que frente a la multitud de personas que se agolpan en otros recintos y plazas es curioso ver la poca gente que se acerca a estas termas, que bien merecen una visita.
Un saludo 😉
Bienvenida a ‘el pachinko’ y gracias por compartir tu opinión.
Están a cinco minutos del Circo Máximo y muy próximas a otras ruinas que están en peor estado, pero que se llevan más visitantes. Incomprensible.
Información Bitacoras.com…
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