Hace menos de 48 horas que hemos regresado del viaje a Islas Feroe y el verde intenso de sus valles y cumbres todavía tiñe nuestros pensamientos. Si exceptuamos la información oficial, hay muy pocos testimonios de viajeros que hayan estado en el archipiélago (se pueden contar con los dedos de la mano en la lengua de Cervantes).
En una época en la que todo se basa en recomendaciones y opiniones (el famoso boca-oreja virtual del siglo XXI), ese agujero negro de aserciones provocaba en nosotros una mezcla encontrada de sensaciones. Por una parte, el cosquilleo en el estómago por explorar un destino ignoto y, en la otra cara de la moneda, el temor por no hallar los suficientes alicientes para una familia que viaja con niños pequeños.
No fueron pocas las personas que nos confesaron que habían tenido que buscar en un mapa o en Google dónde se encontraban las Islas Feroe, pero tras un agradable vuelo desde Barcelona nos encontramos de pleno en ese punto del globo que se sitúa un pelín al norte de Escocia. El avión de Atlantic Airways iba repleto de feroeses que regresaban de sus vacaciones en la Ciudad Condal ataviados con camisetas oficiales del Barça (con el 9 de Suárez a la espalda) y bolsas de firmas de lujo repletas de oscuros objetos de deseo que son difíciles de conseguir en el archipiélago.
Como ya nos había sucedido en otros países escandinavos, lo primero que nos topamos al bajar del avión es un enorme duty free en el que los recién llegados hacen acopio de provisiones a precios menos severos. Antes de poner un pie en la isla de Vagar ya intuimos que no sería un destino barato.
La terminal del aeropuerto de Vagar es muy pequeñita y en poco tiempo cubrimos el trámite de recoger maleta, sacar coronas feroesas en el cajero automático y obtener la llave y las sillitas para los niños que colocamos en el coche de alquiler. También nos pertrechamos con unas chaquetitas ya que percibimos rápidamente que la temperatura de las Islas Feroe nada tenía que ver con los 30º de Alicante. En toda la semana el mercurio no superó los 14º y hubo momentos en que descendió de la decena.
Aunque en la primera tarde en Vagar el astro rey nos sonrió desde un cielo azul pronto comprobaríamos que el clima en el archipiélago es muy, pero que muy caprichoso. En un mismo día puedes tener lluvia, viento, niebla, sol… o todo a la vez, así que no es muy complicado ver imponentes arco iris sobre un fondo esmeralda. Alguien que viaje a las Islas Feroe debe tener muy presente esta volatilidad climatológica antes de cerrar la maleta o la mochila.
El principal estímulo para el viajero en este destino es su desbordante naturaleza. Ya sea a pie, en coche, a caballo o en barco siempre estarás rodeado de unos paisajes fascinantes coloreados de un verde precioso. El complemento perfecto a ese color lo suele poner el agua. En ocasiones es el azul penetrante del Atlántico Norte, otras las cascadas que pintan de plata las cumbres o los fiordos que forman una U perfecta.
El lienzo lo completan acantilados de vértigo cincelados por las olas del mar con colonias numerosísimas de frailecillos y petreles, rocas volcánicas con formas imposibles que emergen de las aguas, casitas de colores o los típicos edificios alquitranados con tejados de hierba que son una de las señas de identidad de las Islas Feroe. También es muy común ver campar a sus anchas a las ovejas, las vacas y los caballos islandeses que pastan y crecen en prados eternos donde nadie perturba su paz.
¿Y qué pasa con los feroeses? Exceptuando la capital Tórshavn y la norteña Klaksvík es muy complicado ver gente por las calles. Quizá sea por las temperaturas, por los pocos bares y tiendas que hay en los pueblos (normalmente ninguno) o por que en verano todos estén disfrutando de las cálidas playas mediterráneas, pero muchas veces tuvimos la impresión de pasear por pueblos fantasma.
En ese sentido, las Islas Feroe son un paraíso para aquellos viajeros que busquen tranquilidad o lugares donde el tiempo nos es un factor importante, justo lo que queríamos para nuestras vacaciones. Había momentos en que estábamos completamente solos paseando por una playa de arena negra, entre nidos de frailecillos que revoloteaban a un metro de nuestras cabezas o revolcándonos en una pradera de hierba que acababa en un riachuelo. Eso no tiene precio.
Las primeras impresiones que nos llevamos de las Islas Feroe son las de un vergel inexplorado y atemporal. Un destino peculiar, muy tranquilo, que todavía no está contaminado por el turismo. Ideal para los amantes del senderismo, la naturaleza y la pesca… y también para una familia que viaja con niños pequeños que quiere cambiar radicalmente su escenario habitual. Como dice su eslogan oficial «Unspoiled, Unexplored, Unbelievable» (Virgen, Inexplorado, Increíble). ¿Nos acompañáis en los próximos relatos?
Buenos días!
Enhorabuena por el blog!
Nosotros nos estamos planteando ir a final de Mayo a las Feroe, que nuestra hija tendrá casi 2 años, por lo que me ha parecido muy interesante vuestra experiencia. Cuál fue vuestra ruta y cuantos días estuvisteis? Alguna recomendación especial o excursión/experiencia que desaconsejéis con niños?
Gracias!!
Nuria
Hola Nuria, bienvenida a ‘el Pachinko’ y buen viaje a las Islas Feroe 😀
Nosotros estuvimos una semana pues cuando fuimos era la frecuencia de vuelos que había desde Barcelona. Es decir que sólo podíamos estar una semana o ya pasar a dos semanas.
Más o menos nuestra ruta fue: Vagar, Mykines, Streymoy, Eysturoy, Borðoy, Tórshavn y regreso a Vagar.
Nosotros íbamos con un niño de 5 años y otro de 1 así que todo lo que hicimos es apropiado para ellos, especialmente caminatas ligeras y jugar en la naturaleza que es el principal atractivo de las Islas Feroe.
Hola, estoy planeando ya el viaje de verano y la islas feroe es un destino que nos interesa. Mi duda es, es un país caro? muchas gracias.
Las fotos son espectaculares, me recuerda a Escocia o Irlanda…
Hola Iris, bienvenida a ‘el Pachinko’. Disculpa que no te haya respondido antes pues andaba liado por FITUR.
Para el nivel de España, las Islas Feroe es un destino caro. Ten en cuenta que pertenecen a Dinamarca (país con un nivel más alto que el nuestro) y que además son islas en las que la mayoría de cosas se deben importar.
En todo caso, la mayoría de atractivos son de naturaleza y por tanto completamente gratis.
Buenas tardes
Estoy valorando visitar las islas Feroe pero el alojamiento es muy caro. Dónde os alojasteis vosotros?
Muchas gracias
Hola Dolors, bienvenida a ‘el Pachinko’ y buen viaje a las Feroe.
Nosotros nos quedamos en varios alojamientos, pues al ir con niños pequeños no queríamos que los trayectos fueran demasiado largos. Además, con los peques buscamos buenos alojamientos que como bien dices son algo caros.
En Vagar nos alojamos en el 62N Airport Hotel. En Gjógv nos quedamos en la guesthouse Gjáargarður. En Klaksvík en el Hotel Klaksvík y en la capital en el Hotel Føroyar.
Aquí puedes consultar todos los alojamientos de las islas
Increíbles las fotos !!!
Nunca he estado en las Faeroes tan solo las conozco por sus sellos de correos.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
Me quedé con ganas de pillar algunos, pero al final nos vinimos con dos imanes para la nevera feísimos que compramos en el aeropuerto.
Las islas tienen buena pinta, aunque en época de matanza de ballenas no deben ser demasiado atractivas
Bienvenida a ‘el Pachinko’ Ana. Afortunadamente nosotros no presenciamos ninguna matanza de calderones en las bahías de las Feroe. Es una práctica despreciable, pero como lo puede ser la tauromaquia en España, la pena de muerte en Estados Unidos o las ablaciones de genitales femeninos en algunos países de África.
En todas partes cuecen habas y a mí como viajero sólo me interesa disfrutar de lo agradable de los destinos. Cosas terribles y desgracias ya vemos suficientes por la tele.
Un lugar poco frecuentado por los turistas, pero que sin duda su belleza está lejos de cualquier duda. Deseando leer las próximas entradas 😀
Efectivamente, el turismo de masas todavía no ha llegado a las Feroe y ese es uno de sus grandes alicientes.
Qué pasada… y qué envidia!! Jeje. Cuando quieras buscamos un hueco para esa cervecita, yo sigo en el paro así que por tiempo no será… 🙂
De septiembre no pasa 😛
He vuelto a las Islas 4 años después gracias a ti.
Es un Cuento de Hadas y Elfos al que volveré sin duda y con mis hijos esta vez.
Has volado directamente desde Barcelona? O has cambiado en Dinamarca?
Un saludo!
Bienvenida a ‘el Pachinko’ Leylah, hemos volado directamente desde Barcelona, ahora hay vuelo directo con Atlantic Airways.
Lo confieso!! he tenido que ir a google a ver donde estaban las islas XD
En junio hemos estado en Islandia y me ha recordado mucho!! son paises que la naturaleza es todo y es que aveces no se necesita mucho mas que eso… naturaleza virgen.
Seguiremos el resto de relatos, con muchas ganas de ver mas de estas islas 😉
Un abrazo!
Bienvenida a ‘el Pachinko’ Silvia. En cierto sentido nuestro deseo de ir a las Feroe está relacionado por lo mucho que nos sorprendió Islandia.
Desde luego según lo describes, es para añadirlo a la lista de lugares a los que ir.
A mí personalmente siempre me llamó la atención, por lo que he visto en reportajes y sobre todo por el nombre. Tiene algo inquietante que me atrae. Per por desgracia nunca he tenido la oportunidad, así que también esperaré tus próximas entradas.
Un saludo
No sé si es un destino para todo tipo de viajeros, pero sí para los que les guste caminar y estar en contacto con la naturaleza.
Ay! Me recuerda a ciertas zonas de Islandia. Estoy deseando ver el resto de entradas
En algunos aspectos son similares, aunque en Feroe el verde predomina sobre el resto de paisajes
Qué buena pinta tienen las Feroe. A mí también me has dejado con ganas de leer las próximas entradas.
Lo mismo incluimos Islas Feroe en la lista de destinos a visitar. 🙂
Es un destino muy peculiar, al que le guste la naturaleza se sentirá muy cómodo por allí.
Qué maravilla Pau.
Deseando conocer todos los detalles y seguir leyendo más posts…
Poco a poco Pili, la verdad es que hemos vuelto muy contentos de la experiencia 😀
Información Bitacoras.com
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