La jornada por Aiguille du Midi y Courmayeur habían dejado el listón altísimo. ¿Qué nos tendrían preparados los guías de YokmoK para superar lo vivido hasta el momento?

Teleférico de Le Brévent

Lo cierto es que el impredecible clima alpino había sido inmejorable y las vistas del Mont Blanc nos habían dejado atónitos. No obstante, todavía no habíamos andado demasiado y Vero y Teo no habían debutado en la montaña, así que las nuevas experiencias estaban aseguradas en esta etapa del viaje a los Alpes Franceses.

En el macizo de las Agujas Rojas

Cuando vas a practicar senderismo las jornadas empiezan temprano. Más vale aprovechar las horas de luz y de calor, así que pronto el grupo se puso en pie. Con alguna legaña en los ojos y el recuerdo de un sueño placentero nos dirigimos a tomar los teleféricos que nos dejaban el la estación de Le Brévent en el macizo de las Agujas Rojas. Aquí los blancos perpetuos se tornaban verdes y marrones.

El macizo del Mont Blanc desde las Agujas Rojas

La senda iba a ser cómoda y además transcurría en paralelo al macizo del Mont Blanc, lo cual nos aseguraba unas panorámicas inmejorables. Es como si hubiéramos alejado unos kilómetros lo más espectacular del día anterior, proporcionándonos una perspectiva más general de la colección de cuatromiles liderada por el rey Mont Blanc.

El grupo por las Agujas Rojas

Con semejante panorama, caminábamos con un ojo puesto en el Mont Blanc y otro en la belleza incisiva de las Agujas Rojas. A la espalda Teo flipaba de ver por donde le estábamos llevando, sobre todo al principio. Luego decidió que era mejor echarse un sueñecito.

El Macizo del Mont Blanc reflejado

El camino era continuo sube-baja, aunque pronto se tornó en sinuoso descenso, el más pronunciado que tendríamos en todo el viaje. La caminata era agradable por las compañías, las vistas y la belleza del entorno. Nadie reparaba que estábamos a más de 2.500 metros de altitud, en unos miradores naturales que quitaban el hipo. El paisaje era de película.

Ignacio Izquierdo saltando en las Agujas Rojas

Y así transcurrió la jornada de Le Brévent hasta el refugio de Bellachant, al menos para nosotros. Tras tomar el pícnic todavía quedaba una bajada de muchos metros de desnivel. Estábamos cerca de una especie de zoológico de animales alpinos, así que los guías nos aconsejaron que nos quedáramos allí con Teo y, cuando el grupo llegara, nos recogerían en coche. Allí vimos pocos animales, pero disfrutamos de muy buenos momentos en familia y de una siesta bajo un árbol con el Mont Blanc como telón de fondo. ¿Se os ocurre un final mejor?

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

11 COMENTARIOS

  1. @Chiqui, es que era como estar en dos mundos distintos, lo que hace la altura 😉

    @Javier, es una colección de cuatromiles impresionante, te sientes diminuto 😀

  2. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: La jornada por Aiguille du Midi y Courmayeur habían dejado el listón altísimo. ¿Qué nos tendrían preparados los guías de YokmoK para superar lo vivido hasta el momento? Lo cierto es que el inestable clima alpino había sido in…..

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