El Atomium de Bruselas

El virus viajero no te pide el DNI antes de contagiarte. Se propaga en gente de todas las edades, incluso entre los mƔs pequeƱos de la casa. Antes de emprender el viaje a Flandes, Teo tenƭa 2 aƱos y 8 meses pero un buen currƭculum viajero a sus espaldas.

Al principio de viajar con Ć©l nos preocupaban aspectos como las comidas, si habrĆ­a cambiadores o no, si hallarĆ­amos atracciones para niƱos de su edad… Ahora sĆ³lo tenemos que preguntarle, Ā«Āæte quieres venir con los papĆ”s en el aviĆ³n?Ā» Y enseguida responde con un gran sĆ­ que sale de una sonrisa muy sincera de oreja a oreja.

Vero y Teo en el Atomium de Bruselas

Tras su respuesta, toca ponerse las pilas para intentar diseƱar un viaje a Flandes en el que toda la familia encuentre momentos para pasĆ”rselo bien y los tres nos sintamos cĆ³modos. Por ejemplo con el alojamiento. Esta vez querĆ­amos probar algo distinto a los hoteles y para nuestros primeros dĆ­as en Bruselas pensamos que una buena alternativa serĆ­a quedarnos en los apartamentos en Wimdu.Ā Enseguida Teo se refiriĆ³ a ellosĀ como la Ā«casa nuevaĀ» y para nosotros fue una opciĆ³n ideal, magnĆ­fica si se viaja en familia o con mĆ”s de dos personas.

Nuestra base de operaciones en Bruselas se estableciĆ³ en la plaza de Santa Catalina y desde allĆ­ fue muy sencillo ir a pie hasta el centro o en metro a otros lugares de la ciudad un poco mĆ”s alejados. Es el caso del peculiar Atomium, un edificio que era una apuesta ganadora para que Teo se lo pasara en grande.

Teo y vero mirando el Atomium de Bruselas

Para llegar hasta el Atomium de Bruselas lo mejor es tomar el metro que te deja en la parada de Heysel (lĆ­nea 6). Una vez te apeas allĆ­, es inevitable asociar ese nombre a la tragedia que se viviĆ³ en aquel estadio de fĆŗtbol a mediados de los 80 en el que murieron 39 aficionados.

No obstante, Teo nos hizo borrar pronto esos recuerdos con sus grandes ojos que miraban atĆ³nitos las enormes nueve bolas y los tubos del AtomiumĀ que se elevaban 102 metros por el cielo de Bruselas. Estaba claro que al peque le apetecĆ­a acercarse y descubrir quĆ© era aquello que brillaba tanto y que reflejaba los rayos del sol. Era como uno de esos juguetes de construcciones que tanto le gustan pero con un tamaƱo descomunal.

Una bola del Atomium de Bruselas

Pese a que el Atomium es de 1958 sigue teniendo ese halo de vanguardismo que tanto sorprendiĆ³ a la gente en la ExposiciĆ³n Universal de Bruselas para la que fue erigido. En principio iba a ser demolido tras la feria, pero inmediatamente se convirtiĆ³ en un icono arquitectĆ³nico de la capital de Europa. Es casi imposible dejar de mirarlo.

Tras pagar los 11 euros de la entrada nos tocĆ³ hacer un poquito de cola para tomar el ascensor que te deja en el sĆ©ptimo piso. Mientras tanto, descubrimos que forma parte de una colecciĆ³n de edificios muy extraƱos de todo el mundo entre los que se encuentra elĀ Templo del Loto de Nueva Delhi o laĀ peculiarĀ HallgrĆ­mskirkja, una catedral que parece una nave espacial ubicada en Reikiavik.

Teo en el Atomium de Bruselas

Arriba se encuentra un mirador panorĆ”mico 360Āŗ que es probablemente uno de los mayores alicientes del interior del Atomium. Sin embargo, a Teo le llamaban la atenciĆ³n otras cosas. Por ejemplo, las enormes escaleras mecĆ”nicas para pasar de una bola a otra. Estaban repletas de neones rojos y azules para fomentar, mĆ”s si cabe, el ambiente retrofuturista de aquel gigantesco juego de quĆ­mica.

De las exposiciones permanente poco que destacar. QuizƔs las fotografƭas de famosos de los aƱos 50 y 60 que visitaban entusiasmados aquel icono de Bruselas. Teo, en cambio, preferƭa jugar con el peculiar mobiliario o asombrarse con los distintos juegos de luces. Hay una bola con talleres para niƱos, pero el dƭa que visitamos el Atomium no habƭa ninguno programado.

Las bolas del Atomium de Bruselas

El Atomium de Bruselas es uno de esos lugares que sorprende mucho mĆ”s por el continente que por el contenido. Te sientes muy pequeƱo bajo sus Ć”tomos y seguro que a los nostĆ”lgicos les recuerda a algĆŗn juego de su niƱez mientras lo visita. En una era marcada por la tecnologĆ­a es peculiar observar cĆ³mo sobreviven estos iconos que imaginaban el futuro de otra forma bien distinta.

A nosotros nos sirviĆ³ para pasar una maƱana divertida y comprobar que hay lugares que son mucho mĆ”s divertidos si se visitan con niƱos. La inocencia de la mirada de Teo nos ayudĆ³ a observar el Atomium con otros ojos y aĀ entusiasmarnosĀ con sus expresiones y caras de sorpresa. Viajar con niƱos tiene esas cosas, revivir realidades o emociones que murieron precipitadamente durante laĀ adolescencia.

21 COMENTARIOS

    • MĆ”gico Marina, la de cosas que estamos reviviendo y aprendiendo de ellos. Gracias por compartir tu opiniĆ³n y bienvenida a ‘el Pachinko’.

  1. Ā”QuĆ© recuerdos! Te entiendo perfectamente y sobre todo puedo entender lo que se siente estando en este lugar cuando eres niƱo. Estuve ahĆ­ hace mĆ”s de 20 aƱos con mis padres y todavĆ­a me acuerdo de lo alucinante que me resultĆ³ verlo y meternos en su interior con las escaleras mecĆ”nicas. Espero que tanta tecnologĆ­a no quite la capacidad de sorpresa de los ƱiƱos de ahora.

  2. Creo que he estado allĆ­ unas cinco veces (hice mi Erasmus en Mons, cerca de allĆ­) y siempre que voy me quedo embobado como la primera vez. Como bien dices, parece mentira que tenga mĆ”s de medio siglo…

  3. El virus viajero no te pide el DNI, pero lo que si presiona a viajar es el ADN que le habƩis transmitido a ese niƱo, seguro que estƔ aprendiendo cantidad de cosas y le vendrƔ estupendamente para tomar conciencia del mundo que nos rodea.

    A mi todo lo que sea subir a las alturas me mola y mira que pagar 11 euros siempre duele, pero en mi caso soy de los que pica y el dĆ­a que vaya a Bruselas tocarĆ” subir šŸ™‚

  4. InformaciĆ³n Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: El virus viajero no te pide el DNI antes de contagiarte. Se propaga en gente de todas las edades, incluso entre los mĆ”s pequeƱos de la casa. Antes de emprender el viaje a Flandes, Teo tenĆ­a 2 aƱos y 8 meses pero un buen currĆ­…..

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