Paisaje del Eje Cultural Cafetero en el Valle de Cocora

Había llegado la hora de cambiar de tercio tras vivir la experiencia de la Colombia caribeña. Era el turno de olvidarse de las playas paradisíacas, lo vestigios coloniales y el rumor de las olas del mar para zambullirnos en unos paisajes completamente distintos, en el denominado Eje Cultural Cafetero.

Se trataba del final de nuestro viaje a Colombia y desde que aterrizamos en el aeropuerto de Pereira nos dimos cuenta de que esta zona del país cafetero poco, o nada, tenía que ver con lo que habíamos descubierto hasta el momento. Para empezar nos recibió una fina lluvia acompañada de unas temperaturas considerablemente más bajas que las que habíamos disfrutado en Cartagena de Indias o en el PNN Tayrona.

En un Willy por el Valle de Cocora
Foto de Clara Soler de Turistícate

Nuestra aventura en el Eje Cultural Cafetero comenzó en la plaza Mayor de Salento. En este llamativo y turístico pueblo nos esperaban los célebres Willys, unos jeeps de la II Guerra Mundial que se han convertido en iconos de esta zona de Colombia y en el principal modo de transporte de estas áreas rurales. No es complicado verlos realmente atestados de personas, ganado o mercancías agrícolas de todo tipo.

Los Willys parten desde Salento hacia el cercano Valle de Cocora varias veces al día. Por unos 3.000 pesos colombianos (1,3 euros) puedes disfrutar de una excursión de media hora, aunque también se puede contratar uno de estos vetustos y coloridos todoterrenos de forma privada por 24.000 pesos colombianos (unos 10 euros).

Yo soy patrimonio cultural cafetero

La excursión en uno de estos Willys es realmente divertida y te permite hacerte una idea rápida de la hermosura del Valle de Cocora. A pesar de que la niebla cubría en parte el paisaje, la experiencia se asemeja a navegar por un mar embravecido en el que las olas son de un color verde muy intenso.

El Valle de Cocora está ubicado en una zona muy privilegiada, entre Salento y el PNN Los Nevados. Recuerda al oleaje porque es un continuo subir y bajar. Mientras el Willy serpentea por las carreteras contemplas decenas de picos escarpados pintados de verde, ganado que pace tranquilamente en los pastos del valle, haciendas cafeteras o las esbeltas y altísimas palmas de cera, el árbol nacional de Colombia.

Canelazo en el Valle de Cocora

Hicimos un alto en el camino en mitad del Valle de Cocora, concretamente en el restaurante Juan B. Allí repusimos fuerzas y también participamos en una ceremonia en la que plantamos varias palmas de cera. Parece increíble que esas semillitas puedan alcanzar los 60 metros de altura dentro de unos cuantos años.

Además de una comida deliciosa, entramos en calor con varios sorbos de canelazo, una bebida muy típica de las zonas montañosas andinas. El nombre proviene del agua de canela, que es acompañada por azúcar o panela y un aguardiente casero que le da ese efecto tan deseado para combatir el frío.

Excursiones a caballo en el Valle de Cocora

Además de las excursiones con los Willys, el Valle de Cocora regala al viajero muchas actividades interesantes. Senderismo, paseos a caballo, visitar las haciendas cafeteras, descubrir jardines de orquídeas… básicamente disfrutar de la naturaleza y de un paisaje precioso donde el verde y la cultura del café es el denominador común.

Otra opción es aventurarse a descubrir los pintorescos pueblos de Finlandia o Salento cuyas calles están repletas de tiendecitas deliciosas y las típicas casas paisa compiten en belleza y en colorido para atraer la atención del visitante. Nosotros estuvimos paseando por la calle real de Salento, que es uno de los pueblos más antiguos y peculiares del departamento del Quindío.

Salento en el Valle de Cocora

En el futuro os hablaré más de Salento y del Eje Cultural Cafetero, probablemente la parte del viaje a Colombia con la que más disfruté. En parte, gracias al encanto del Valle de Cocora, donde los picos escarpados se disfrazan de mar y nos seducen con sus olas verdes y su aroma a café.

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

22 COMENTARIOS

  1. […] A pesar de que en sus campos crece el mejor café del planeta, el de mayor calidad se comercializa fuera de Colombia. De hecho, el café que puedes tomar en los puestos callejeros o restaurantes es de bastante ínfima calidad y se conoce con el nombre de tinto. Pero en el Quindío la situación es muy diferente. “Aquí muere el tinto y nace el café”, me contó un apasionado de la materia en Salento. […]

    • Bienvenido a ‘el pachinko’ David. Pues me gustaron las dos zonas, pero si me tengo que quedar con una escojo el Eje Cultural Cafetero que es un paisaje que por estos lares no podemos encontrar.

  2. Mira que no me gusta el café, pero me encanta su olor, esta zona para hacer senderismo entre cafetales debe ser una pasada, me encanta el colorido que tiene este país, esa última foto es un gran ejemplo 😀

  3. Junto al día que pasamos en Cartagena, ésta fue sin duda la mejor parte del viaje. ¡Qué bonito! Para quedarse más tiempo descubriéndolo, entre Canelazo y Canelazo 😛

  4. Hola, Pau! Qué auténtico. No te lo vas a creer (o sí) pero todo el ambiente del post y del lugar me ha recordado al inicio de «Crónica de una muerte anunciada»: «Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna»

    Bueno, un saludo!

    • Pues no te creas, que al prepararlo calentito el alcohol se evapora y no está tan hard. Encima el sabor se disimula con el agua de canela.

  5. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Había llegado la hora de cambiar de tercio tras vivir la experiencia de la Colombia caribeña. Era el turno de olvidarse de las playas paradisíacas, lo vestigios coloniales y el rumor de las olas del mar para zambullirnos en u…..

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