Una niña camboyana sonríe junto a Vero

Ayer tuvo lugar una de esas efemérides que no pueden pasar desapercibidas en unos días tan revueltos como los que estamos viviendo. Se han cumplido 30 años desde que el régimen de los Jemeres Rojos, encabezados por Pol Pot, fue derrocado por los vietnamitas el 7 de enero de 1979.

Cuando pensamos en el sudeste asiático nos vienen a la cabeza numerosos conflictos bélicos. Lo normal es pensar en la Guerra de Vietnam y obviar uno de los mayores genocidios de la historia.

Desde que los Jemeres Rojos consiguieron el poder en Camboya, más de 1,7 millones de personas perdieron la vida por culpa de las «purgas políticas», las enfermedades y la hambruna. Este trágico episodio pasará a la historia como el «genocidio camboyano», ya que falleció una cuarta parte de la población del país en sólo cuatro años.

Actualmente, los líderes de los Jemeres Rojos están siendo juzgados por sus crímenes contra la Humanidad por un tribunal internacional en Phnom Penh y auspiciado por la ONU. Desgraciadamente, Pol Pot falleció en la selva camboyana en 1998 sin pagar por sus crímenes. Podéis ver la desgarradora biografía de Pol Pot en la Wikipedia.

En nuestro viaje a Vietnam y Camboya, comprobamos de primera mano las consecuencias del régimen del terror que impusieron los Jemeres Rojos. Camboya es un país muy pobre, en el que la mayoría de sus habitantes no vivieron el genocidio, aunque todavía pagan sus consecuencias. Les queda mucho camino por recorrer.

No obstante, las malas condiciones de vida no impiden que los camboyanos se muestren muy hospitalarios y te reciban siempre con una sonrisa en la boca. Se trata de personas que en una década han levantado al país prácticamente desde cero. Nadie nos mentó en ningún momento a Pol Pot y a sus Jemeres Rojos, sin embargo, tantas calamidades no pueden ser olvidadas. Por eso, desde aquí quiero brindar un pequeño homenaje al pueblo camboyano. Espero que la niña de la foto tengo un futuro tan hermoso como su sonrisa.

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

5 COMENTARIOS

  1. @Javier, a nosotros no nos pareció agobiante el asedio de los comerciantes porque el año anterior estuvimos en la India 😉

    Está claro que les queda mucho que recorrer.

    @silverchaos2k, lo de Pol Pot y los Jemeres Rojos es uno de los episodios más vergonzosos de la historia, y mucha gente ni lo conoce.

    @Esther, el hombre sigue tropezando una y otra vez en la misma piedra. Sin ir más lejos, lo de Gaza de estos días no tiene nombre.

  2. En efecto, la pobreza es una de las cosas que mas saltan a la vista cuando uno visita Camboya, pero eso no quita para que se porten bien contigo.

    Tambien esta claro que tienen que ganarse el pan vendiendo lo que sea, y a veces puede resultar molesto, pero basta tomarselo con algo de calma.

    Esperemos que Camboya siga resurgiendo y el futuro del pais brille cada dia mas.

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