Tablet, smartphones, videoconsolas, juguetes de última generación, estrenos de películas de dibujos animados prácticamente cada mes o vídeos absurdos de YouTube. La forma de entretenerse de los niños ha cambiado muchísimo en los últimos años y la tecnología se ha vuelto algo natural en su día a día. «Nativos digitales» como los llamaría el gurú de turno. Sin embargo, en nuestros viajes nos hemos dado cuenta de que hay clásicos que nunca fallan. Me refiero a jugar con palos, tirar piedras a un río, subirse a un árbol, dar de comer a los animales de un corral o simplemente mancharse de barro hasta las pestañas, que para eso las lavadoras y detergentes también han evolucionado.

Esos pequeños placeres de la vida cada vez son más complicados de encontrar en las grandes ciudades donde reina el ritmo acelerado del día a día, los deberes hasta las tantas y las famosas extraescolares. Por ese motivo, siempre que tenemos ocasión de escaparnos con nuestros hijos intentamos que vuelvan (aunque sea por unas horas) a los orígenes. Un ejemplo, fue nuestro reciente viaje al Valle del Jerte donde pequeños y grandes disfrutamos de lo lindo en lugares como Los Pilones y la reserva natural de la Garganta de los Infiernos.

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Teo en los cerezos

Sin embargo, esta vez quisimos ir un paso más allá y aprovechamos nuestro paso por la provincia de Cáceres para que Teo y Oriol descubrieran cómo se vive en el campo y pusieran en práctica algunas de las lecciones aprendidas durante el curso en la asignatura de Ciencias Naturales. Si encima te encuentras un Valle del Jerte completamente en flor la experiencia es todavía más satisfactoria.

Campesinos en la Casa Rural Agroturismo El Vallejo

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Oriol y el cerezo en flor

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Teo y Oriol con la semillas

El lugar que escogimos para alojarnos en Extremadura fue la Casa Rural Agroturismo El Vallejo, situada a pocos minutos en coche de Plasencia y en pleno Valle del Jerte. Sólo por el entorno repleto de cerezos en flor y por las comodidades de la casa hubiera merecido la pena el viaje. Las habitaciones eran muy amplias y decoradas con un estilo rústico realmente encantador. Tiene un enorme salón comedor con cocina y una chimenea por si te apetece descansar junto al fuego. Además, hay patio y campo de sobra para que los niños corran y se diviertan a sus anchas.

Sin embargo, lo que realmente nos llamó la atención y el valor añadido de este lugar respecto a otras casas rurales son las experiencias de agroturismo (y también gastronómicas) que ofrecen a todos sus huéspedes. Sin duda, un factor que pesó mucho a la hora de escoger este alojamiento.

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Teo, Oriol y Enrique labrando

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Teo y los huevos

La finca está rodeada de campos de cerezos, además de un huerto y un corral de gallinas. Después de desayunar como campeones con productos típicos de la tierra como perrunillas, huesillos y roscón casero quedamos con Enrique, el propietario de la casa, para que los peques descubrieran en primera persona cómo son los trabajos del campo. Eso sí, con calma y a un ritmo adecuado para que se diviertan con la experiencia.

Enrique, que es un encanto de persona, acompañó a Teo y Oriol al corral para que recogieran los huevos que habían puesto las gallinas por la noche (aunque alguno se perdió por el camino). Luego les prestó unas cuantas herramientas de labranza y les enseñó a plantar pimientos, melones, sandías y todo tipo de semillas. Los niños se tomaron muy en serio lo de ser horticultores y aunque acabaron perdidos de tierra la mañana se les pasó volando.

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo cerezos en flor

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Teo y Oriol en la hierba

No obstante, estando de viaje con niños en el Valle del Jerte una de las tareas estuvo relacionada con el oro rojo de la zona, los cerezos. Sin temor alguno, se subieron a las escaleras y estuvieron ayudando a Enrique con distintas faenas como la poda, injertos y todo tipo de cuidados que estos árboles requieren para dar esos tesoros.

Las actividades de agroturismo que ofrece El Vallejo cambian dependiendo de la época del año en la que visites esta zona de la provincia de Cáceres, aunque siempre habrá algún menester relacionado con la cereza. Por ejemplo, ahora mismo están inmersos en plena recolección… se nos pone la boca agua con pensar en pegarle un bocado a esos deliciosos frutos.

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo cerezos

Fotos del Valle del Jerte, Agroturismo El Vallejo Teo batiendo huevos

El colofón a una gran mañana lo puso la experiencia gastronómica. Enrique y Raquel (su mujer). Nos enseñaron a hacer rosas (con los huevos que habíamos recogido previamente) y nos deleitaron con unas espectaculares migas y una caldereta de cabra que estaba para chuparse los dedos. Queremos agradecerles a ambos lo bien que se portaron con nosotros y todo lo que nos explicaron sobre el Valle del Jerte. Así da gusto descubrir nuevos lugares. No hace falta que lo digamos, pero si alguna vez viajas a esta zona de Cáceres, no dudes en alojarte en un lugar tan especial como la Casa Rural Agroturismo El Vallejo.

Saltando de árbol en árbol en Parque Aventura

Fotos del Valle del Jerte, Parque Aventura Oriol tirolina

Fotos del Valle del Jerte, Parque Aventura Teo desde abajo

Después de reposar las migas y la caldereta y de hacer una pequeña siesta nos escapamos a saltar de árbol en árbol al Valle del Jerte Parque Aventura. Pensábamos que tras una mañana trabajando y jugando en el campo los peques iban a estar un poco cansados, pero las pilas que tienen son inagotables. ¡Menuda energía!

Este recinto con tirolinas y circuitos para recorrer con arneses está ubicado en el municipio de El Torno, muy cerquita de Plasencia. Hace unos años habíamos visitado un lugar parecido en Cantabria, pero los niños eran todavía muy pequeños y Oriol se tuvo que conformar con mirar a sus hermano desde abajo.

Fotos del Valle del Jerte, Parque Aventura Teo en la tirolina

Fotos del Valle del Jerte, Parque Aventura Teo y Oriol arco

Esta vez fue muy distinto, ya que ambos se lo pasaron de miedo en los circuitos que más se adaptaban a su tamaño y edad. Diversión a raudales con poleas, arneses y las tirolinas. Oriol con sólo tres añitos tenía algo de respeto al principio, pero cuando pilló confianza quería repetir una y otra vez. En cambio Teo, perece que haya nacido para esto, menudo crack de las alturas. Luego emularon un rato a Robin Hood y Legolas en un torneo improvisado que hicimos de tiro al arco ¿adivinas quién ganó?

Con propuestas como estas es casi imposible aburrirse en un viaje al Valle del Jerte con niños. Por unos días logramos que los niños se olvidaran de la tecnología y volvieran a tener contacto directo con la naturaleza y el campo de Extremadura. «¿Cuándo volvemos a Cáceres papá?»

Artículo anteriorMIMA, el arte urbano hecho museo en Bruselas
Artículo siguienteLa India más auténtica y humana con Panipuri Viajes, entrevistamos a Carmen Pérez del Olmo
Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

2 COMENTARIOS

  1. Me han hablado siempre cosas geniales del Valle del Jerte y después de leer vuestro post… a ver cuando puedo viajar y conocerlo. Enhorabuena por el blog, me encanta! Un saludo!

    • Bienvenido a ‘el Pachinko’ Pablo, el Valle del Jerte es una zona que merece mucho la pena. Para nosotros fue toda una sorpresa y volvimos encantados.

Responder a Pablo E Cancelar respuesta

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.