Pensaba que conocía bien la ciudad de Valencia, pero me equivocaba. Fue allí donde empezó mi pasión por contar historias y el lugar escogido para estudiar la carrera de Periodismo. Por supuesto, pisé más las calles y los bares que la facultad durante esos años en los que trataba de darle oficialidad a mi vocación.
Durante esa gloriosa época viví en varios pisos de estudiante y nunca tuve ocasión de alojarme en los hoteles de Valencia. Consideré a la capital del Turia como mi casa durante muchos años y hubiera sido un poco extraño dormir en otro sitio que no fuera mi cama. Por eso cuando hace unas semanas aterricé con toda la tropa en el hotel Barceló Valencia, tuve la sensación de ser turista en mi propia ciudad.
Aquella zona de Valencia no tenía nada que ver con lo que yo recordaba. La Ciudad de las Artes y las Ciencias había transformado por completo el barrio, convirtiéndolo en una de las mejores zonas para vivir en la ciudad, pues está repleta propuestas de ocio y cuenta con un montón de servicios.
Justo enfrente del impresionante complejo diseñado por Santiago Calatrava se encuentra el Barceló Valencia. Por fuera es un edificio bastante llamativo, una especie de cubo negro con ciertos toques de color y amplias ventanas que parecen ojos de un robot que no pierde detalle de las increíbles vistas.
El viaje desde Alicante en tren había sido más breve de lo que estamos acostumbrados, al igual que el check-in. En un visto y no visto Teo ya estaba saltando en la cama de la habitación y diciendo eso de «me gusta la casa nueva» que es como el suele referirse a los hoteles a los que vamos.
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Una habitación con vistas
Entre salto y salto de Teo, nos pusimos a escudriñar la habitación del Barceló Valencia. Lo primero que nos llamó la atención fueron sus extraordinarias dimensiones, perfectas para que los cuatro nos sintiéramos cómodos. Había dos enormes ventanales que, además de llenar la estancia de luz, nos permitían ver desde un ángulo muy privilegiado la Ciudad de las Artes y las Ciencias. El atardecer y el amanecer fueron mágicos.
La cama principal era enorme, hubiéramos podido dormir los cuatro sin ningún problema en ella, pero Teo tenía su propia cama, separada de la nuestra en otra mini-habitación sólo para él. Wi-Fi gratis, dos teles planas con muchísimos canales, bañera para relajar a los peques y una ducha con mampara de cristal desde la que podías ver el Hemisfèric mientras disfrutas del efecto lluvia, secador, minibar, espacio para trabajar, albornoz y zapatillas… y decenas de amenities de esas que te están pidiendo a gritos que te las lleves a casa.
Todo en perfecta armonía con la decoración del hotel que era de un estilo muy vanguardista y acogedor. Estuvimos tentados de subir al gimnasio y a la zona de wellness, pero los niños tenían ganas de calle y nos fuimos a dar una vuelta por las inmediaciones y los jardines que hay cerquita.
A un paso de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia
La ubicación es otro de los puntos fuertes del Barceló Valencia, ya que la Ciudad de las Artes y las Ciencias queda a pocos pasos. Nosotros compramos las entradas por internet, pero en el mismo hotel las tienen a la venta. El paseo es muy agradable y para la retirada viene genial tener el alojamiento tan cerca.
Habíamos estado sin los peques hace más de una década, de hecho, creo que todavía no se había terminado el complejo de Calatrava. Lo pasamos en grande en el Oceanogràfic y en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, sobre todo Teo que ya tiene una edad ideal para descubrir el mundo que le rodea.
Aunque pasamos la mayor parte del tiempo por la zona, una mañana también nos acercamos hasta el centro de Valencia para reverdecer viejos laureles. Desde el hotel hay una parada de bus que te deja en pocos minutos en la Plaza del Ayuntamiento, aunque también hay muchos taxis esperando en la puerta.
Restaurante Senyoret del hotel Barceló Valencia
Cuando hacemos viajes con niños solemos hacer alguna de las comidas en los restaurantes de los hoteles por comodidad, incluso si estamos muy cansados tiramos de servicio de habitaciones. En el Barceló Valencia probamos en un par de ocasiones el restaurante Senyoret, que aunque pertenece al hotel, es de acceso libre para cualquier persona aunque no sea cliente.
La carta es realmente variada y cuenta con platos muy creativos y unos postres que están para chuparse los dedos. Nos gustó que tuvieran menú infantil. El desayuno de tipo buffet libre es en otra planta, pero es muy completo y variado. Tanto en el restaurante como en el desayuno, los guiños a la gastronomía valenciana son constantes.
Valoración y datos del hotel
El hotel goza de todos los servicios y comodidades para disfrutar de una estancia muy agradable en familia. La ubicación es uno de sus puntos fuertes, sobre todo para aquellos que viajen a Valencia a visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Las vistas desde la habitación son fantásticas y la decoración moderna y acogedora.
Categoría: 4*
Dirección: Av de Francia, 11, 46023 Valencia
Teléfono: 963 30 63 44
Página Web: Barceló Valencia
Precio medio: 99€/noche
Ubicación:
Mis respetos señor Embajador! 😀
buena pinta tiene el sitio!
Muy buena sí, estuvimos muy a gustito y descubrí una zona de Valencia que no conocía o que ha cambiado muchísimo desde que vivía allí.
Información Bitacoras.com
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