Es una pena porque siendo tan pequeño luego no se va a acordar de nada

Si haces viajes con niños pequeños seguro que estás acostumbrados a escuchar este tipo de frases. Estamos de nuevo ante lo que aquí hemos denominado alguna vez como agoreros, cenizos, o futurólogos de tres al cuarto. En una cosa tienen razón, no van a recordar todos los detalles, pero nos vamos a reír a carcajada limpia contándoles a nuestros hijos las anécdotas divertidas que les sucedieron mientras viajaban o lo que gozaron mientras exploraban terrenos desconocidos.

Teo buscando a Nemo en el Acuario de Gijón

Y es que a veces se nos olvida que lo importante del viaje no es la meta, sino disfrutar del camino. En nuestro reciente viaje a Asturias me di cuenta que al viajar con Teo estoy redescubriendo muchas sensaciones que tenía olvidadas o experimentando vivencias que no tenía desde que era más bajito que Tyrion Lannister.

Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que tuviste una estrella de mar en tu mano, que sonreíste al ver un pez de colores o te estremeciste al ver un tiburón sobre tu cabeza? Todas estas experiencias las pudimos vivir juntos en el espectacular Acuario de Gijón hace unas pocas semanas.

Teo viendo las medusas en el Acuario de Gijón

El Acuario de Gijón no es el primero que vistamos con Teo. Ahora me vienen a la memoria el de Busan en Corea, el Aquarium de La Rochelle o el Akvariet de Bergen.  ¿Crees que sus recuerdos le impidieron disfrutar a tope de esta nueva experiencia en Asturias? Por supuesto que no. Cuando haces viajes con niños te das cuenta que para ellos es siempre como la primera vez, viven todo con una intensidad y una emoción que ya nos gustaría a los adultos.

¿Has tenido alguna vez un déjà vu? Seguro que sí. Esa extraña sensación de que la situación que acaba de suceder ya las has vivido antes me sucedió en el Acuario de Gijón. Ver a Teo fascinado por un tanque de medusas o buscando a Nemo con la mirada es una vivencia que no me importaría revivir una y otra vez.

Teo con una estrella de mar en el Acuario de Gijón

Interactuando con especies marinas

Tengo que destacar que el Acuario de Gijón no tiene nada que envidiar a otros que hemos visto en nuestros viajes. La exposición de 2.000 metros cúbicos de agua te transporta a varios ecosistemas acuáticos del planeta. Es como dar una vuelta al mundo completa pero a través de sus fondos marinos.

Quizá la principal novedad con otros acuarios es que además de explorar los siete mares (que dirían en las novelas de piratas), también tiene un apartado donde se recrea la vida en los ríos asturianos. Allí se pueden contemplar de cerca a las nutrias, las truchas o los esturiones.

Erizos de mar en el Acuario de Gijón

No obstante, lo que más nos gustó a Teo y a mí del Acuario de Gijón es lo que ellos denominan la «zona toca-toca» en la que los niños pueden tocar con sus manitas estrellas de mar, pececillos o pepinos de mar en pequeñas piscinas. De este modo, además de pasarlo en grande, pueden aprender un poco y descubrir como son otros seres vivos.

Además de interactuar con estas especies marinas, también destacaría la posibilidad de ver tiburones toro, tortugas marinas o una sala donde se reproduce el oleaje del mar que dejó a Teo con la boca abierta. «Otra vez papá, otra vez papá» no quería salir de allí por nada del mundo.

Teo besando a los peces en el Acuario de Gijón

Como ves es uno de esos lugares ideales para pasar una mañana o una tarde si haces un viaje a Asturias con niños. Además de divertirse viendo a los peces, tienen diseñado un programa con un montón de actividades para el disfrute de los peques y tiene unas vistas estupendas de Gijón desde la terraza del restaurante.

A los agoreros les diría que sigan haciendo predicciones funestas y que continúen diciendo sandeces, que a mí no me importaría volver a tener un déjà vu submarino en el Acuario de Gijón.

Artículo anteriorA celebrar el Bloomsday en Dublín
Artículo siguienteAquí están todos los viajes. Encuentra el tuyo
Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

23 COMENTARIOS

  1. Hola, Pau (te llamas como mi hijo y nosotros también somos d Alicante). Me gusta tu blog y tenemos pensado hacer un viaje a Asturias este agosto. Me gustaría saber, si no te importa, la edad de Teo. Te lo digo porque quiero compararlo con mi hijo. Mi Pau tiene 3 añitos y puede que aún no disfrute de las mismas experiencias tanto como tu peque, q por las fotos, parece mayor, no?
    Saludos y gracias

    • Bienvenido a ‘el pachinko’ 😀

      Pues Teo también tiene 3 años y además es de diciembre por lo que cuando hicimos el viaje tenía 3 años y cinco meses. Él se lo pasó bomba 😀

  2. Y ahora no solo tendrán recuerdos, por pocos que sean, si no que también tendrán MILES de fotos y cientos de entradas en el BLOG de papa 🙂

  3. Me ha encantado. Estamos planeando nuestra próxima escapada a Asturias. ¿Qué me puedes recomendar en alojamiento?
    Mis hijas disfrutan de todo y tienen miles de fotos por si no se acuerdan de algo jajaja
    No podría ir sin ellas, igual que mis padres no fueron sin mi (hasta que ya no quisimos ir nosotros) y verlas disfrutar es lo mejor del viaje.
    Estoy empezando un blog y voy recopilando ideas. De momento por España ya tenemos bastante. Iremos ampliando. Espero poder contaros cosas maravillosas también. Un saludo

  4. Estoy totalmente de acuerdo, Pau. ¿Qué importa si no se acuerdan de todos los detalles? Luego volverán y recordarán alguna que otra cosa.
    Yo hice un viaje con mi familia cuando tenía 8 años desde Madrid hasta Brasov, Rumanía, por tren. Recuerdo pocos detalles del mismo, pero la sensación de haber explorado diversos países y conocido muchos lugares históricos se me quedó grabada, y creo que es una de las razones que han hecho que me encante viajar. Y hay cosas que te marcan, como cuando me quedé en Florencia jugando con el hijo de los dueños del hostal donde nos hospedamos, en lugar de ir la Basílica de la Santa Croce con mi familia: hoy día lo recuerdo y me digo que realmente, cuando se es niño, no hace falta hablar un mismo idioma; yo la pasé genial jugando con un niño con el cual no compartía un lenguaje.

    Tengo claro que trataré de que Víctor Enrique conozca lugares nuevos todos los años, y espero que cuando sea mayor le suceda exactamente eso, que vuelva a explorar los lugares que conoció de niño, los redescubra y le vengan a la mente recuerdos de aquellos años que espero que sienta que son de los mejores de su vida. Al menos así recuerdo yo los míos.

    • Sin duda, a Teo le encanta viajar por el hecho de hacer cosas distintas y emocionantes. Cuando hemos ido a otros países enseguida se pone a jugar con otros niños, sin importarle demasiado que no hablaran el mismo idioma o que tuviera un color distinto de piel. Y eso me encanta 😀

  5. Tremendo post! Me ha encantado. Los niños viven y disfrutan el presente, pero es que es eso precisamente lo fascinante, ¿acaso no os gustaría revivir las sensaciones de la primera vez que tocasteis la nieve, que volasteis, o que tocasteis a un animal salvaje?
    A mí no me importa que mi hija no recuerde muchas cosas de un viaje, para eso ya hago fotos o ya me encargaré yo de recordárselo. Mientras a disfrutar!

  6. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Es una pena porque siendo tan pequeño luego no se va a acordar de nada Si haces viajes con niños pequeños seguro que estás acostumbrados a escuchar este tipo de frases. Estamos de nuevo ante lo que aquí hemos denominado ……

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.