Este post debería haber sido uno de los más espectaculares de nuestro pasado viaje a Hong Kong, al menos a priori. Lo digo por las descomunales dimensiones del Buda de Tian Tau que se encuentra en el Po Lin Monastery de la isla de Lantau.

Otro día os hablaré de la fascinante forma de llegar hasta el Buda o de lo bonito que es el Po Lin Monastery, pero hoy voy a centrarme sólo en el Buda y en nuestro infortunio.

El Buda de Tian Tau tras la niebla

Se trata del buda sedente exterior de bronce más grande del mundo gracias a sus 26 metros de altura. Para darle forma se necesitaron 202 enormes piezas de bronce que se  fundieron en Nanking, tres años de trabajo y cerca de 60 millones de HKD (unos 5,3 millones de euros).

Por si todo esto fuera poco, semejante mastodonte está situado sobre una colina, a la que se accede por unos empinados escalones, y rodeado de seis enormes Bodhisattvas de bronce.

No se ve al Buda de Tian Tau por la niebla

Os doy todos estos datos para que os hagáis una idea de lo enorme que puede ser la estatua. Sólo Rompetechos sería capaz de no ver semejante bicho. Mejor dicho, Rompetechos y nosotros, que tuvimos toda la mala suerte del mundo con la niebla.

Pese a que era enero, habíamos disfrutado de unos días de fábula. La lluvia o las nubes ni en pintura, vaya. Pero esa mañana salió todo al revés. En mi vida nos habíamos topado con una niebla tan espesa, parecía sacada de la película de John Carpenter.

Bodhisattvas del Buda de Tian Tau

Cuando vas a ver una estatua de esas dimensiones lo último que te esperas es no poder verla o no fotografiarla. Así que, ilusos de nosotros, pensábamos que subiendo los escalones acabaríamos encontrándolo y la niebla se disiparía. «De cerca seguro que vemos algo». Optimistas dirían algunos.

Conforme íbamos subiendo escalones la visibilidad se tornaba prácticamente nula, es una sensación un tanto claustrofóbica. Pese a que estás en un gran espacio, no ves un metro por delante de tus narices. Horroroso.

Budas en la niebla

Tras la paliza de subir a la colina casi nos damos con el Buda en los morros, pero de verlo, menos que un gato de escayola. Ya que habíamos hecho el esfuerzo de subir hasta allí, nos dimos una vuelta alrededor del pedestal con la esperanza de que la niebla se disipara. Nada de nada.

Me hubiera gustado acabar este post diciendo que pudimos ver el Buda, que la niebla se fue o poniendo fotos de una de las mayores estatuas del mundo, pero esta historia acaba mal. ¿Os imagináis lo frustrante que es tener la narices pegadas a una escultura de 26 metros y no verle ni las pestañas? Estas cosas también pasan en los viajes amigos. ¿Os ha sucedido alguna vez a vosotros algo parecido?

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

16 COMENTARIOS

  1. Vaya, que mala suerte.

    A mí en Sapa el primer día me pilló la niebla y no pude ver la iglesia del pueblo ni el valle desde arriba, pero al día siguiente se despejó y lo pude ver todo. Tuve suerte porque iba varios días.

    De todas formas, habiendo visto el Buda de Nara y el de Kamakura tampoco te pierdes mucho 😉

  2. @Turris, jajaja el mosntruo restaurador también me persigue allá por donde voy, de hecho una vez hice hasta un post hablando sobre el tema.

    Lo del Fuji yo también empiezo a pensar que es un mito porque mira que cuesta verlo 😀

  3. Fuuu… Qué p***ada!
    Niebla no me he encontrado nunca, al menos no a tal extremo.
    Como mucho las nubes y la neblina que me han ocultado el Fuji las dos veces que he estado en Japón.
    Lo que si que me persigue es el «monstruo restaurador», la de monumentos, o mejor dicho, la de andamios enlonados cubriendo monumentos que he visto!! XDD

  4. @Blai, bienvenido a ‘el pachinko’. Pues menos mal que tuvisteis la suerte de verlo tras las caminatas. Bhutan siempre me ha hecho especial ilusión, así que sigo atento tu blog para ver si en el futuro tenemos la ocasión de visitarlo.

  5. Qué mala suerte, joder…

    Pero en fin, creo que igualmente es mejor esto, dislumbrarlo entre la niebla, que no verlo… hehe
    A nosotros nos pasó algo similar en Bhután. Cuando fuimos a ver el famoso Takshang Goemba, al que para acceder se requieren 2-3 horas de caminata en subida por el bosque, nos encontramos con que no lo veíamos por culpa de la niebla. Fue terrible pensar que habíamos subido para nada y que nos iríamos de Bhután sin poder verlo…
    Pero finalmente y por suerte, la niebla desapareció y el monasterio se dejó ver. Nos quedamos sin palabras y lo disfrutamos aún más que si lo hubiéramos visto desde el principio!
    Un abrazo!

  6. @El Guisante Vede Project, jajaja muy bueno lo del puré de guisantes 😀

    Pues sí, estas cosas pasan y aunque no me consuela que también os pasen a vosotros, me quedo con que no soy al único que le sucede.

  7. Estas cosas pasan, no consuela pero es así. En Tailandia, cuando subimos al Doi Suthep las magníficas vistas que se tienen desde el, para nosotros fueron pure de guisantes, jajaja. Por suerte el monasterio es una maravilla y si pudimos disfrutarlo.

    ¿Y la cantidad de gente que no puede ver el Golden Gate de San Francisco… en verano?

    Una abrazo!
    Roberto

  8. @José Carlos DS, ostras que mala pata lo del Ganges, seguro que a todo el mundo le ha pasado algo así, pero es muy frustrante estar ante un bicho de 26 metros y no verlo.

    @Javier, jejeje seguro que tú le has echado miles de fotos al Buda, que lo tienes muy cerquita de casa. COn ganas de ver cómo está aquello soleado 😀

  9. Fue una pena que ese día la metereología no acompañase, y es que cuando se mete la niebla en Lantau, ufff. Pero quieras que no, me gusta ese aire místico que le da al buda con la niebla, en especial la primera foto.

    Cierto es cuando uno va con ilusión a un sitio de visita y el tiempo no acompaña, y nos baja un poco el ánimo, pero luego hay otras partes del viaje que compensan y nos hacen ver todo de mejor forma.

    A ver si lo pillo yo con buen tiempo y lo comparto 🙂

    Un saludo

  10. Que mala pata, la verdad que ver a un clásico como es este Buda con tanta niebla es un palo, pero oye, ahí tenéis unas fotos originales y no las mismas que habrá podido sacar todo el mundo xD

    En tema de infortunios, la primera que me viene a la mente, ha sido en el reciente viaje a India, en concreto en la ciudad de Varanasi, que nos quedamos sin podernos montar en la barca para navegar por el Ganges, porque el caprichoso río llevaba una corriente del demonio y estaba tan crecido que prácticamente tapaba casi todos los Ghats, pero bueno, otra vez será 😀

    Saludos!!

  11. Información Bitacoras.com…

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