La última jornada de nuestro viaje a La Rochelle nos decidimos a explorar otras zonas del Oeste de Francia de camino a Poitiers. Como conducir no nos gusta demasiado siempre solemos viajar el algún medio de transporte público, aunque esta vez era distinto porque íbamos en coche de alquiler. Ese hecho diferencial nos daba algo más de libertad de movimientos, así que decidimos hacer una parada en Las Marismas del Poitou, que allí son conocidas como la Venecia verde.

Quizás la comparación con la ciudad del Véneto sea un atrevimiento, pero ya sabemos que en Francia son unos genios con el marketing turístico. Aprovechan cualquier similitud para lanzar su eslogan. En este caso nos imaginamos que la clave son los canales naturales y la belleza de los paisajes.

Explorando las Marismas del Poitou

A una hora en coche desde La Rochelle se encuentran las Marismas del Poitou. Se trata de una zona verde muy extensa donde los cientos de canales son los verdaderos protagonistas. No tuvimos demasiados problemas para llegar hasta la pintoresca localidad de Coulon, aunque nos costó un poco más encontrar los embarcaderos. Quizás porque no aparecían en el GPS o porque nuestro francés deja mucho que desear, pero no comprendímos demasiado bien las explicaciones de los lugareños.

Con las prisas por explorar las Marismas del Poitou nos dejamos el coche aparcado donde pudimos, menos mal que la gendarmerie no se percató de ello, aunque por el tamaño de la localidad dudo que hubiera grúas o policías para ponernos la multa. Además había un ambiente muy festivo, gracias a un mercado de domingo, así que seguro que hubieran hecho la vista gorda.

Paisajes de las Marismas del Poitou

De camino al embarcadero nos dimos cuenta que el canal desde donde partían las pequeñas barcas estaba repleto de casitas muy bonitas, con jardines repletos de flores a rebosar. Una imagen de lo más bucólica.  Lástima que en ese momento me percaté de que me había dejado la cámara de fotos en el coche, así que a partir de ese momento me tocaría tirar de móvil para inmortalizar nuestro paseo.

De los varios embarcaderos que había alrededor del canal principal nosotros escogimos L’embarcadère Cardinaud. El precio depende de el tiempo del paseo. Nosotros estuvimos una hora y media, un circuito que cuesta 11 euros por adulto. En nuestra barquita íbamos sólo Teo, Vero y yo, además de un joven remero muy simpático que hizo un esfuerzo enorme por contarnos lo que veíamos en castellano.

Remeros en las Marismas del Poitou

Aunque ya veníamos en calma de nuestra estancia en La Rochelle, el recorrido por las Marismas del Poitou tuvo un efecto más relajante si cabe. El verdor era abrumador y sólo se escuchaba el rumor del agua y el susurro del viento que intentaba atravesar las copas de los árboles. Si cierras los ojos puede ser una experiencia muy reparadora, perfecta para desconectar de una semana de estrés en la ciudad.

Estos hermosos paseos en barca sólo son una de las muchas formas que hay para descubrir la zona, quizás la más típica y pintoresca. No obstante, es una región de Francia ideal para recorrerla en bicicleta o incluso andando. También es perfecta para los que hagan viajes con niños. Teo se lo pasó bomba sobre la barquita y descubriendo las aves y las vacas que pastaban en la orilla de las marismas. Sin duda, una experiencia muy recomendable para los que viajen con los peques de la casa.

2 COMENTARIOS

  1. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: La última jornada de nuestro viaje a La Rochelle nos decidimos a explorar otras zonas del Oeste de Francia de camino a Poitiers. Como conducir no nos gusta demasiado siempre solemos viajar el algún medio de transporte público…..

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