Oriol levanta su manita y mueve sus deditos (todos) como si estuviera acompañando con su gesto la canción de cinco lobitos tiene la loba. En vez de eso, farfulla «dos añitos» y de repente hace como que sopla las velas de un pastel imaginario. Hace días que lo viene ensayando pero hoy sus esfuerzos cobran más sentido, si cabe, porque celebramos que un 4 de marzo de 2013 venía al mundo entre berreos y con la energía que ha desplegado cada día de su corta vida desde entonces.

No sabemos exactamente a qué edad deja uno de ser bebé, pero para los que viajamos con niños, los dos años marcan un antes y un después. A partir de los 24 meses de vida las aerolíneas consideran que el peque tiene que tener su propio asiento y por tanto a pagar billete (casi completo).

Pau y Teo observando Svartifoss en Islandia

Hace unos años fue con Teo y ahora cerramos esta etapa con Oriol. Ha sido un periodo de asimilación continua, de sorpresa en sorpresa, de sonrisas y también de lágrimas (especialmente por querer dormir algunas horitas más) pero en líneas generales un ciclo vital maravilloso que para nada ha trascurrido como nos lo habíamos imaginado. Para celebrar el segundo cumpleaños de Oriol hemos querido compartir con vosotros 10 cosas que hemos aprendido viajando con bebés.

¡Sí, se puede viajar con bebés!

Vero y Teo en Gudvangen, fiordos noruegos

Empecemos por el principio y con la lección más importante de todas. ¡Sí, se puede viajar con bebés! La alternativa es quedarse en casa y eso alguien que ha sido contagiado por el virus viajero no lo concibe. La llegada de un hijo al mundo te cambia la vida por completo en muchos aspectos, pero no por ello tienes que quedarte en casa hasta que el crío o la niña se vaya a la universidad. Te aseguramos por experiencia propia que no es tan fiero el león como lo pintan y los bebés y niños pequeños tienen una capacidad de adaptación sorprendente.

La salud del bebé es lo primero

Teo y Vero en el campo de lava del Laki

El bienestar y la salud del bebé siempre tiene que ser la prioridad número uno. Nosotros hemos tenido la gran fortuna de que nuestros hijos nunca se han puesto enfermos de viaje, aunque sí algunos días antes de la partida. Si tienes dudas sobre si realizar el viaje o no es mejor que consultes siempre con tu pediatra. Además, es importante contratar un seguro de viajes por si las moscas y llevar un pequeño botiquín con los clásicos medicamentos que utilizas en casa cuando se ponen malitos. Tranquilo, en destino también hay pediatras y farmacias.

Respeta las rutinas del bebé y todo irá sobre ruedas

Oriol durmiendo en el apartamento de HomeAway en Altea

Cuando los niños son tan pequeños lo único que quieren es estar con sus padres y el lugar les da un poco lo mismo. Los bebés tienen unas rutinas muy marcadas en cuanto a horarios de sueño, comidas, baños y juegos. Olvídate de las jornadas maratonianas y las locuras que hacías antes de ser padre o madre. Diseña tus itinerarios y jornadas de viaje pensando en las necesidades del bebé. Si come, duerme, juega y se baña a sus horas, el viaje será extraordinario para los papás y los niños.

No valen todos los destinos, pero no te limites

Teo y Vero en Fjallsárlón

Nosotros tenemos algunas normas que respetamos a la hora de escoger un destino al que viajar con nuestros hijos y nunca cruzamos esas líneas rojas: seguridad, higiene y buenas infraestructuras sanitarias. La distancia nos da un poco igual, pues hemos viajado con Teo y Oriol a lugares lejanos como Corea del Sur, México y ahora a Japón. Sinceramente los destinos que más nos han gustado descubrir con ellos son los países escandinavos, aunque siempre puedes consultar nuestra lista de diez destinos recomendados para viajar con niños.

Más viajeros, más presupuesto

Teo viajando en autobús desde el aeropuerto de Oslo

Nuestra forma de viajar ha cambiado mucho desde que somos padres y eso también se ha notado en los presupuestos que destinamos a cada escapada. Siendo cuatro lógicamente el dinero que destinamos a viajar es mayor que cuando sólo éramos dos. Cuando son bebés los peques sólo pagan las tasas aéreas de los billetes de avión y en las habitaciones pueden dormir con los papis, pero a partir de ahora eso va a cambiar. Mejor tenerlo en cuenta a la hora de preparar el viaje, aunque no te pienses que el asunto se dispara hasta la estratosfera. Te ahorras los gastos en cenas románticas o en salir de fiesta.

Paciencia en los aeropuertos y aviones

Teo durmiendo en el vuelo de Emirates

En la mayoría de viajes al extranjero sin vuelo no hay viaje, así que tienes que estimar este paso como imprescindible. Es un poco tedioso pasar los controles de seguridad de los aeropuertos con un bebé, pero la mayoría del personal es muy considerado con tu situación y sueles tener prioridad sobre otros pasajeros. Lo mismo sucede a bordo. Las azafatas suelen ayudarte en todo y los bebés sólo suelen estar incómodos durante el despegue y el aterrizaje (¿y quién no?). Igual te alivia un poco leer este post que publicamos sobre la primera vez que volamos con un bebé, donde damos algunos consejos prácticos para hacer el vuelo más llevadero.

Bebés contentos, papás felices

Oriol en Cantabria

Hay mucha gente que dice que viajar con bebés es una pérdida de tiempo «total luego no se van a acordar de nada». La segunda parte es cierta, es probable que no recuerden nada del viaje en el futuro, pero esos momentos de calidad que se pasan en familia valen todo el oro del mundo. Si los niños tienen todas sus necesidades cubiertas y además les descubres nuevas diversiones y actividades se lo van a pasar como enanos. Bebés contentos, papás felices… eso es así. Antes de planificar el viaje piensa en actividades o lugares divertidos. Playas, piscinas, parques, jardines, columpios, marionetas… hay clásicos que nunca fallan.

La naturaleza les apasiona

Fotos Islas Feroe, Saksun. Teo Oriol y Vero

Mis hijos se han criado en ciudad y en un entorno donde la tecnología juega un papel importante. Pese a que Oriol acaba de cumplir dos años le encanta ver vídeos de Caillou u otros dibujos animados en el ordenador, la tablet o el móvil. Sin embargo, nos hemos dado cuenta que tanto a Teo como a él la naturaleza les apasiona. Cosas tan simples como tirar piedras a un río, bañarse en una playa o dar de comer a los animales les fascina. Eso ha hecho que la mayoría de nuestros viajes cuenten con una parte donde se tenga contacto directo con la naturaleza. Siempre viene bien respirar aire puro y despejar la mente. Para ellos es un aprendizaje continuo.

Tranquilos que no van a pasar hambre

Vero dándole el potito a Teo en Dyrhólaey

La alimentación de los bebés es otro de los grandes miedos de los papás que van a viajar por primera vez con su bebé. Si el pequeño es lactante no hay ningún problema, pero si ya ha dejado esa etapa tampoco suele haber inconvenientes. En los destinos que hemos visitado siempre ha habido supermercados con todo lo que tu bebé necesita (¿si no que comen los niños del destino?). Si vas con dudas, siempre puedes pedir al restaurante del lugar donde te alojes que te preparen algún triturado con los alimentos que pueda tomar el bebé o que te calienten el biberón. Avisando unas horas antes lo tendrás listo a la hora del almuerzo o la cena. Si quieres ir sobre seguro, llévate tus propios potitos y leche en polvo para los biberones.

No hace falta llevarse la casa a cuestas

Fotos Islas Feroe. Tjørnuvík. Oriol feliz

En uno de nuestros primeros viajes con Teo nos llevamos una cuna plegable, una bañerita portátil, incluso un calienta biberones de coche… y no íbamos a pillar un coche en todo el viaje. Piensas que a la hora de hacer el equipaje te van a hacer falta muchísimas cosas, pero realmente luego nunca las utilizas. Está bien ser previsor, pero sin pasarse. Ropa, productos de higiene (pañales, toallitas, cremas), comida para los primeros días, alguno de sus juguetes favoritos, pero olvida cosas como humidifacadores portátiles, intercomunicadores, o abrigos siberianos (excepto si vas a Siberia). Normalmente en destino puedes encontrar todo lo que te hace falta. Es importante pensar si para el tipo de viaje que vas a hacer es más interesante llevar carrito o mochila.

Un buen alojamiento marca la diferencia

Oriol en el Novotel Barcelona City

Si los viajes son de por sí agotadores, con bebés y niños pequeños lo son todavía más. Tener una buena base de operaciones es fundamental para recuperar fuerzas y descansar. Hoy en día es muy fácil saber si un alojamiento cuenta o no con las comodidades que necesita tu bebé (¿alguien reserva una habitación de hotel sin mirar antes en Tripadvisor?). Para nosotros es importante el espacio, la insonorización, la ubicación o que tengan elementos como bañera (el baño es sagrado para un bebé), tronas y un restaurante que nos facilite la vida. ¿Qué debe tener un alojamiento para atraer a familias con niños? En este post de Kiribatis se dan muy buenas claves.

Ver el mundo con otros ojos

Teo columpiándose en el monte Fløyen de Bergen

Todo lo anterior es importante, pero para nosotros lo más valioso es que hemos conseguido ver el mundo con otros ojos, reviviendo sensaciones y vivencias que no experimentábamos desde la infancia. Estamos convencidos de que los viajes son una parte fundamental de la educación de nuestros hijos. Es, sin duda, el legado más grande que les podremos dar. Para nosotros es una gozada ver cómo juegan con niños que hablan otros idiomas o que tienen otro color de piel. Tolerancia, respeto, curiosidad, paciencia, sorpresa, libertad… ¿todavía os preguntáis por qué viajamos con niños?

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Pau García Solbes
Soy periodista y bloguero de viajes profesional. Soy Licenciado en Ciencias de la Información en la especialidad de Periodismo. He trabajado y colaborado en numerosos medios de comunicación en temas relacionados con Internet, nuevas tecnologías y turismo. Además, soy co-autor del libro Viajar con niños, el manual para preparar tus vacaciones en familia de La editorial viajera.

11 COMENTARIOS

  1. Estoy completamente de acuerdo con vosotros, nosotros tenemos cuatro hijos y el mayor que ahora hará 21 años, cumplió los nueves meses ya de viaje. Sí que sirve y mucho viajar con ellos, esas experiencias las llevaremos todos dentro para toda la vida. Yo aún recuerdo cuando el mayor vio por primera vez una vaca y la cara de ella se puso al mismo nivel que su carita con menos de dos años. Siempre he dicho que lo mejor de la vida es viajar con tus hijos. Aún hoy que ya van siendo mayores hacen los planes para planear dónde iremos este año. Verónica y Pau me encanta vuestro blog!!!!!

    • Bienvenida a ‘el Pachinko’ y muchísimas gracias por tus palabras María José, nosotros estamos encantados de viajar con los peques, ellos nos enseñan más lecciones que nosotros a ellos y vemos el mundo con otros ojos 😀

      Gracias por compartir tu experiencia.

  2. Buenas, Pau! Ahora que el tema de los niños cada vez empieza a ser más recurrente en mis conversaciones, me alegra ver que no es imposible eso de viajar con bebés. Es uno de los asuntos que me echan atrás de ser padre, la verdad. En fin, sé que no será un camino de rosas, pero uno es más optimista si ve que otros lo han intentado antes con éxito jeje. Saludos! Y gracias por citarnos 🙂
    Pruden

  3. Información Bitacoras.com

    Valora en Bitacoras.com: Oriol levanta su manita y mueve sus deditos (todos) como si estuviera acompañando con su gesto la canción de cinco lobitos tiene la loba. En vez de eso, farfulla “dos añitos” y de repente hace como que sopla las velas…

  4. Precioso post! Estoy de acuerdo con todo! Viajar con bebés en posible y más fácil de lo que la gente piensa. Enhorabuena por esos dos añitos, Oriol y enhorabuena al Pachinko por el fantástico post! Me ha gustado mucho!

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